La selección sub-23 de Panamá, a partir de hoy, se juega una de las tres cartas que tiene para acceder a la siguiente ronda del torneo preolímpico, que se juega en Tampa, Florida, y que tiene su desembocadura en la máxima cita deportiva: los Juegos Olímpicos de Pekín, China.
El primer escollo es Honduras, un rival al que Panamá no le pudo ganar en la fase previa que se jugó, curiosamente, en el Estadio Nacional de Béisbol Rod Carew el año pasado.
De ganar hoy, el conjunto que dirige Alexandre Guimaraes daría un paso firme y hasta podría jugar, posteriormente, con su ventaja y sus puntos, pero también con la desesperación de un rival difícil como lo es Cuba, que le toca iniciar contra Estados Unidos y Jozy Altidore, el diamante del coloso del norte, nada menos.
Cuando el balón ruede en Florida, las nóminas de los dos equipos habrán variado mucho con respecto a esa primera fase, pero también habrá un peso específico que definir: qué tanto aprendieron los técnicos del encuentro anterior. Guimaraes tiene el reto mayor, su nombre en la región pesa, pero Alexis Mendoza no quiere quedarse atrás.