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EDITORIAL
Guerra en 48 horas
Es inminente una guerra. Así lo hizo saber ayer el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en un mensaje a su nación y la única salida al conflicto que exige es que Saddam Hussein, abandone el poder y se vaya del país.
No ha habido un mensaje tan claro y determinante después de los discursos pronunciados por Bush desde los atentados del 11 de septiembre.
Estados Unidos, a través de su presidente advirtió que las gestiones diplomáticas para evitar un conflicto militar se han acabado, por lo que ha dado el último plazo. Un lapso que mantiene comiéndose las uñas a las economías de todos los países del mundo, incluyendo la nuestra donde ya se especula con el precio del petróleo.
Una guerra no es la fórmula para conseguir la paz mundial, pero han formado parte de la vida del hombre por tratar de conseguir una paz que nunca alcanzará.
Nuestra nación es un país especial. La vía interoceánica le da el toque privilegiado a nivel mundial, pero también lo convierte en un punto delicado que habrá que manejar de la forma más prudente.
Desde los atentados del 11 de Septiembre, mucho se habla en materia de seguridad. Se habla de posibles ataques terroristas, pero en fin, el país debe mantener su política universal de servicio.
El anunció de Bush siembra una ola de especulaciones a nivel mundial. La guerra prácticamente está subrayada en la agenda: 19 de marzo a las 8:00 p.m.
No hay periodistas, diplomáticos y miembros técnicos de las Naciones Unidas en Iraq.
Todos han abandonado el posible escenario de guerra y el único que no lo ha hecho es precisamente Saddam Hussein.
Así lo reafirmó el ministro de Asuntos Exteriores de Irak, Nabri Sabri, quien desechó por completo la posibilidad de que su líder se exilie a un país extranjero.
Los llamados y movilizaciones por la paz desarrollados en todo el mundo no lograron acogida. La suerte está echada, el mundo está al borde de una guerra, cuyas consecuencias desconocemos.
Lo único que nos queda es rezar, para que se silencian las armas y se logre al final una salida pacífica.
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PUNTO CRITICO |
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