Jueves 18 de marzo de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Necesaria reforma constitucional

Las constituciones son normas básicas; fundamentales en la organización jurídica del Estado; contienen las directrices y propósitos que configuran esas entidades al señalar amplios caminos y principios para el quehacer nacional.

Panamá surgió a la vida internacional y entró al concierto de las naciones en la jornada independentista de noviembre de 1903; entonces debió definir el contorno y perfil de recién nacido estado con la dictación de la norma constitucional del siguiente año, donde dejó plasmadas las ideas básicas que tutelaron sus búsqueda libertarias, soporte de las codificaciones redactadas y de las legislaciones menores que definieron el rumbo panameño, constreñido por la realidad contractual canalera y el enclave zoneíta concedido.

En la cuarta decena del siglo el ascenso al mando político del movimiento panameñista, acodado en los réclames y proposiciones de "Acción Comunal", la Constitución recibió cambios sustantivos donde recogió institucionalidades de avanzada que rompieron los moldes liberales y las raíces conservadoras que subsistían en el derrotero panameño.

Los militares encaramados en el mando político mediante el censurable golpe de estado de 1968 enrumbaron sus pasos mandatorios mediante la dictación de la Constitución de 1972 y sus modificaciones de 1982, en la cual incorporaron la aberración histórica del artículo 277; cambiaron los parámetros del trípode de los poderes de Montasquieu, dándole a las Fuerzas Armadas, rol de Organo del Estado; e introdujeron las mecánicas y formas legisladoras de los Representantes de Corregimiento, con atributos de comisariado ruso, que por cuatro lustros aplastó las libertades ciudadanas.

Ahora, al culminar el proceso de retorno democrático en la vida nacional con el desfenestramiento de los cuartelarios, un clamor generalizado eleva voces en reclamo de una nueva Carta Magna que cancele los resabios del oprobio, asiente los pasos de las libertades mediatizadas, devuelva flexibilidad al quehacer burocrático, recoja novísimas instituciones y ofrezca las vías de modernización que el desarrollo y avance reclama para Panamá.

En tales caminos, las opiniones de partidos políticos, de doctos profesores, de abogados prestantes, de magistrados verticales, son coincidentes, y resulta el momento oportuno con el desenvolvimiento de las campañas de renovación electoral que hoy vivimos, para establecer una "agenda de estado", que convenga en realizar las reformas necesarias para lograr una renovada Constitución Política, donde se recojan aspiraciones crecientes, dirigiendo el devenir panameño por vías de plenitud democrática, de plenas y amplias libertades, de equilibrio institucional y público, reconociendo la importancia y trascendencia de las organizaciones del pueblo.

 

 

 

 



 

AYER GRAFICO
Guillermo Zetina, el gran actor mexicano de parte con integrantes del ballet "Ritmo de Panamá"


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
El agua, recurso esencial de vida


OPINIONES




 

 

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