Wenceslao de la Guardia, un olvidado pintor istmeño
Por Rodrigo Miró. Tomado de: Artes Visuales, páginas (31-32-33).
"Panameño de nacimiento es Wenceslao de la Guardia, inteligente artista que llegó a exponer obras suyas en París, en el Salón de los Artistas Franceses. Avaro de su talento y esquivo de su persona, el señor De la Guardia no ha legado a nuestra ciudad un solo brote de su pincel.
Abandonó desde temprana edad su tierra natal por la de Costa Rica, donde hace años fundó un admirable hogar, pero la República se contenta con ser cuna y haber compartido sus pasadas gloriosas", escribió en 1915 don Narciso Garay.(1)
Esa única referencia panameña a De la Guardia me indujo a seguir la pista del artista. Durante algunos años, realicé gestiones esporádicas, siempre frustradas, hasta que, en septiembre de 1974, respondiendo a requerimientos míos, don Carlos Meléndez Chaverri, distinguido historiador de Costa Rica y catedrático de la Universidad, me comunicó: "He podido iniciar una ligera pesquisa para su interés. Tengo referencia de no menos de ocho cuadros suyos o dibujos, de un catálogo de una exposición hecha acá en 1933; ahora trato de averiguar en manos de quién están actualmente", etc.
Algún tiempo después, doña María Ponce de Quirós, viuda de don Teodorico Quirós, notable arquitecto y pintor costarricense, a quienes informé de mis inquisiciones, tuvo la gentileza de enviarme, en el curso de 1982, textos, periódicos referentes a De la Guardia, - localizados por don Carlos - y fotografías de cuadros y dibujos del pintor(2), y, recientemente, nuevas fotos, con valor solo documental, de cuadros de la propiedad de doña Diana Oreamuno de la Guardia de Shaw, nieta del artista, residente en la ciudad de Washington.
Wenceslao de la Guardia Fábrega había nacido en Santiago de Veraguas el 11 de abril de 1859, en el hogar formado por don Manuel de la Guardia Arrue y doña María Teresa Fábrega. Era, pues, sobrino de don Santiago de la Guardia Arrue, quien moriría tres años después mientras ejercía la gobernación del Estado Soberano, víctima de la tragicomedia de la democracia tropical. Como consecuencia de ello, su familia emigró a Costa Rica, hacia donde marcharon otras políticamente comprometidas o vinculadas con la situación anterior.
En Costa Rica recibió sus primeras letras y, luego del retorno a la tierra natal, fue enviado a Bogotá en el año de 1874. Matriculado en el Colegio del Rosario, estudió -además- pintura con don Fermín Isaza, retratista de los que contribuyeron a decorar las mansiones bogotanas de la segunda mitad del siglo, y se relacionó con el poeta Rafael Pombo, quien lo estimuló en sus inclinaciones artísticas y le permitió la frecuentación de su valiosa colección pictórica.
La experiencia de la capital colombiana debió fortalecer su vocación de pintor porque, tras un nuevo viaje a Costa Rica en 1878, marchó a Europa. En París lo sabemos en 1880. Allí estudió con Bonnat y Carolus Durán. Debió llegar por la vía de España, pues existe un cuadro suyo fechado ese año en Madrid. En Europa vive, al parecer, hasta 1885. En 1991 participa con un retrato en el Salón de Artistas Franceses. Hace nuevos envíos en 1882, 1883 y 1884, mereciendo comentarios elogiosos.
La prensa de aquellos días registra no menos de doce títulos entre óleos y dibujos. De su envío al Salón de 1882 es un retrato a lápiz de la condesa X.. "quizás el mejor que haya hecho". Su envío al Salón de 1883 "es lo más notable de su obra, y consiste en un retrato de Marie Mahnier, actriz muy a la moda, y en dos cuadros. "Recuerdo de España" y "El primer embarque de la Fayette para América, en Pasajes, España". Aparte de los envíos mencionados, expone en Versalles y en Niza, donde un cuadro suyo, "La víspera del baile", pasa a formar parte de la pinacoteca del Conde Alberto de Lucerna".(3).
Continuamos el próximo domingo recordando a Wenceslao de la Guardia, un artista olvidado.
