domingo 20 de marzo de 2011 

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�Pensé que era el fin del mundo!

Luis Batista | Crítica en Línea

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Le tocó vivir el sismo en Japón, pensó que era el fin del mundo, aun así, no quería retornar a Panamá.

Es la historia de Mayela Castro. Tiene 30 años. Ella es el prototipo de mujer inteligente, sencilla y bella al natural: poco maquillaje, pocos accesorios.

Mientras empezaba la narración de su experiencia, Mayela frotaba sus manos. Alrededor de su dedo medio de la mano izquierda, movía en forma circular un anillo. Tal vez era esa la forma involuntaria con la que trataba de calmar los poquitos nervios que proyectaba y, �vaya que lo logró! Una vez roto el hielo, su voz de mujer decidida y fuerte ante las adversidades fue ganando terreno.

LA HORA CERO
"Eran entre las 2:45 - 2:50 de la tarde", recuerda ella, del viernes 11 de marzo. De repente, el piso 2 del Hospital Universitario de Tokio -un edificio de 10 niveles- comenzó a moverse. "El piso como que se elevaba y se oía un zumbido", explicó Mayela mientras sus manos abiertas, en posición de oración, se movían de abajo hacia arriba.

Cuenta que algunos de los compañeros -el grupo era de alrededor de 30 personas- le decían que se calmara, que era algo normal, pero el edificio "se movía más y más y más duro", dijo. En medio de esa encrucijada, estaba la única panameña en el laboratorio de Microbiología. Ahí perfeccionaba sus conocimientos gracias a una beca de tres meses que le concedió la Asociación de Cooperación Internacional Japonesa (JICA).

Ella grabó los primeros movimientos del terremoto, aunque a los pocos minutos tuvo que seguir las indicaciones de sus compañeros. "�Todos sabían lo que tenían que hacer!", manifestó sorprendida. No obstante, ella no se quedó atrás. En su cartera siempre llevaba el librito que le dieron al llegar a Japón, hacía tres meses. En esas páginas le explicaban qué hacer en caso de un terremoto, huracán o "tsunami". "Y me sirvió bastante", señaló. Empero, eso no la hacia sentir segura, porque pensó que era el fin del mundo y que se iba a morir: "Le pedí perdón a Dios por todos mis pecados y que parara el movimiento".

 

    TITULARES

Jóvenes en busca de empleo

Vallas van para el piso

Abarrotada

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