El crecimiento económico que aparentemente experimenta Panamá no es equitativo y solamente va dirigido a una sola parte de la población y no llega a las bases más necesitadas del país, aseguró ayer en su homilía durante la Misa Crismal, el arzobispo José Dimas Cedeño.
Según Dimas Cedeño, hace falta una mayor profundidad de las políticas que busquen la colaboración para que el crecimiento económico sea equitativo, y no suceda lo que hasta el momento se ha venido dando, que la "brecha entre ricos y pobres cada vez se hace más grande".
Al reconocer que la labor que tiene el actual Gobierno no es fácil, el alto prelado destacó que se deben buscar los mecanismos para que ese crecimiento llegue a los pobres de toda la república, quienes ven con escepticismo los avances del país, porque ellos se mantienen iguales.
El alto jerarca católico aseveró que no hay duda de que existe una mala repartición de las riquezas, pero esto no es un problema de ahora, sino de arrastre, pero que ahora al hablar de un crecimiento económico hay un espejismo al hablar del desarrollo; pero mientras no se le dé al pueblo mejor salud, educación, agua y otros aspectos necesarios para la vida, no se puede decir que hay un gran desarrollo.
Monseñor Dimas Cedeño insistió en que la ambición y el egoísmo de muchos pueden considerarse como las causas principales de que ese levantamiento de la economía no llegue a los más humildes, quienes a pesar de su clase social, "son tan panameños como esos a quienes les rodea la riqueza".
En la ceremonia de ayer en horas de la mañana, fue notoria la ausencia de las figuras políticas que en los últimos días se han tomado los medios.
Solamente el aspirante presidencial del PRD y actual alcalde capitalino, Juan Carlos Navarro, participó del acto, presencia que fue agradecida durante la ceremonia por Dimas Cedeño.