China reconoció ayer que las protestas tibetanas se han propagado a otras provincias del país y aumentó las medidas preventivas para frenarlas.
En tanto, el líder espiritual Dalai Lama indicó que estaría dispuesto a reunirse con los líderes chinos, incluyendo el presidente Hu Jintao.
Beijing envió refuerzos militares a zonas del país donde aún no ha habido levantamientos en contra del gobierno y prosiguió con más detenciones en Lhasa, la capital del Tíbet.
Funcionarios chinos reconocieron por primera vez que las violentas protestas en el Tíbet se han extendido a otras comunidades tibetanas del país.
Las protestas tibetanas son las más violentas contra el gobierno comunista chino en casi dos décadas.