Aunque la atención se centró en otros asuntos, como la condena a los escándalos sexuales de sacerdotes, el papa Benedicto XVI dedicó una atención especial a la cuestión migratoria durante sus tres días de estancia en Washington.
En la misa que celebró en el estadio del equipo de béisbol de los Nationals, ante 46,000 personas, el pontífice hizo referencia al crecimiento de la Iglesia católica en EE.UU. debido a la llegada de los inmigrantes latinoamericanos.
En un mensaje en español, al final de la homilía, el obispo de Roma destacó "la vitalidad del testimonio de fe" de los fieles de lengua española.
"La Iglesia de Estados Unidos, acogiendo en su seno a tantos de sus hijos inmigrantes, ha ido creciendo gracias también a la vitalidad del testimonio de fe de los fieles de lengua española", afirmó.
Más de 30 millones, un 45% de los 67.5 millones de católicos estadounidenses, según las estadísticas, son de origen hispano, la mayoría de ellos inmigrantes que, al mantener su fe, ayudan a contrarrestar la disminución en el número de no hispanos que se identifican con esta confesión.
Aún más importante, un 68% de los latinos en Estados Unidos se considera católico y más de la mitad de los católicos menores de 25 años son hispanos, según los datos de la Secretaría de Asuntos Hispanos de la Conferencia de Obispos Católicos.
Ante estos datos, no es de extrañar que el Papa se interese por esta comunidad y los problemas que la afectan, en particular el asunto de la inmigración.
PREPARATIVOS
5 mil boletos se han distribuido entre los feligreses que asistirán a la Catedral de San Patricio en Nueva York, donde todo se prepara para recibir hoy al papa Benedicto XVI.
En las entradas del estadio de los Yankees, que tiene capacidad para 57,000 personas, se instalaron arcos detectores de metales y dentro habrán cientos de policías.