El rey está indignado. En su reino se han violado las leyes y exige que rueden cabezas.
Su majestad, el béisbol, ha sido irrespetado por los jugadores, técnicos y fanáticos que han llamado a la anarquía en el sagrado diamante de juegos.
El Estadio Rod Carew fue el escenario de una nefasta acción por parte de los fanáticos, que con el pretexto de ir a apoyar a su equipo, asistieron al coliseo, aunque al final es una vil chupata, que terminó en una trifulca de baile de reggae.
Para los conocedores del béisbol las cosas no debieron llegar hasta donde se llegó. Aunque desbalanceados, los comentaristas coinciden que se debió seguir jugando y de manera airada condenan la actitud del equipo chiricano de no salir al terreno de juego.
David Salayandía, reconocido comentarista de TV Max, señaló que "fue una jugada de apreciación y en eso nadie se puede meter. El árbitro cantó "doble play" y eso se debe respetar.
Salayandía agrega que él tenía sus dudas y en la repetición se dio cuenta que sí había sido interferencia. "Los árbitros tienen segundos para declarar una jugada".
El comentarista señaló que lo triste fue cómo terminó el juego.
El periodista y productor de Puro Deportes, José Pineda, tiene otro punto de vista de la situación.
"Creo que falló el árbitro, el corredor estaba en su línea y el que debió salir de la base era el fildeador. El árbitro se apresuró al cantar la jugada", indicó.
Pineda lamentó los hechos violentos que se dieron luego del partido, pero señaló que "El árbitro no debe decidir el juego, lo deben decidir los jugadores", indicó.
El ex pelotero y comentarista Eric Espino se siente triste e indignado por lo que pasó en el estadio.
"Fue un acto bochornoso, Chiriquí no debió retirarse. No estoy de acuerdo con la violencia, pero la decisión del equipo chiricano fue bastante apresurada", dijo.
Espino censuró la violencia. "No soy partidario de la violencia. La actitud de los directivos y los jugadores de Chiriquí incitaron a la violencia. Al final perdieron los fanáticos que recibieron golpes a montón".
LOS TECNICOS
Con la cabeza fría y los ánimos más bajos los técnicos dieron sus impresiones acerca de lo sucedido el martes en el Estadio Nacional.
Alberto Macré, director de Chiriquí, indicó, que "se tiene que escoger mejor a los árbitros para juegos decisivos y delicados".
Macré aclaró que él no retiró el equipo. "Yo decidí no enviar a los jugadores al terreno, porque no había ningún tipo de seguridad. Yo vi el terreno lleno de cosas y por eso decidí dejar a los muchachos en la caseta".
Rey Vicente Anglada, director de Bocas del Toro, fue más escueto.
"Es una lástima que el juego acabara así. El árbitro cantó bien, los chiricanos no debieron entregarse", manifestó.
