El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, emitió un mensaje en el que afirma se puede hacer frente a la crisis alimentaria. " Deberíamos considerar la crisis no sólo como un problema, sino como una oportunidad".
Es una gran oportunidad para abordar los problemas fundamentales de muchas de las poblaciones más pobres del mundo, el 70% de las cuales se gana la vida como pequeños agricultores. Si los ayudamos, si ofrecemos asistencia y una combinación acertada de políticas locales e internacionales bien concebidas, la solución llegará.
En este sentido, reunió en Berna, a los jefes ejecutivos de los organismos de las Naciones Unidas y las principales organizaciones multilaterales de ayuda y desarrollo. Allí, convinieron en un plan de acción urgente.
El primer imperativo es alimentar a los hambrientos. El Programa Mundial de Alimentos presta ayuda a 73 millones de personas. Pero para hacerlo necesita $755 millones adicionales nada más que para cubrir sus costos, que están aumentando. De esa suma se han prometido unos $475 millones. Pero el hambre no se calma con promesas, y el organismo tiene un saldo de caja de sólo $18 millones.
"Para asegurarnos de que habrá alimentos mañana, debemos actuar hoy y dar a los pequeños agricultores el apoyo que necesitan para mejorar su próxima cosecha". Esa es la razón por la que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha pedido $1.700 millones para financiar una iniciativa de emergencia que proporcionaría a los países de ingreso bajo, semillas, fertilizantes y otros insumos agrícolas necesarios para aumentar la producción. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola pondrá $200 millones a disposición de los agricultores pobres de los países más afectados. El Banco Mundial está estudiando la creación de un servicio de respuesta a la crisis mundial para ese propósito.
Con el fin de coordinar esa labor, Ban Ki-moon estableció y preside un grupo de trabajo de las Naciones Unidas sobre la crisis mundial de alimentos. No escatimará esfuerzos para consolidar la voluntad política en la reunión que celebrará en julio los países del Grupo de los Ocho en Japón y en la Conferencia de alto nivel de la FAO sobre seguridad alimentaria que tendrá lugar en Roma a comienzos de junio.
Ki-moon reiteró su compromiso en ayudar para que esto se logre. Empezando por tomar las difíciles medidas necesarias para enfrentar con decisión la crisis mundial de alimentos.