�Venid a mi, a la casa de mi morada! de esta forma, el pastor César Lawrence inició la ceremonia, previa a la sepultura del niño Saúl Esteban Ramos Vásquez, quien perdiera la vida por los efectos de una mordida de un alacrán.
La presencia de Dios se hizo manifiesta en el lugar, ya que apenas llegó la carroza con el cuerpo del pequeño de tres años, una pertinaz llovizna empezó caer en los alrededores de la Iglesia Pentecostal Unida de Panamá "Nueva Jerusalén", ubicada en Pedregal, la cual se quedó chica para la cantidad de personas que llegaron a darle el último adiós terrenal a Saúl.
"Hasta el cielo derrama sus lágrimas por Saulito", dijo al llegar al templo una de las vecinas del pequeño.
Vestido con su ropa favorita : jeans, sweter a rayas, gorra roja de Nueva York, sus zapatillas negras y su muñeco preferido, Barney.
Saúl fue despedido por sus familiares, vecinos y amistades, quienes a pesar del mensaje de aliento del pastor Lawrence, no pudieron evitar que algunas lágrimas escaparan por sus mejillas.
"Saúl está en la presencia de Dios. El solamente se nos ha adelantando en el viaje, pero nos volveremos a encontrar con él. Ahora nos queda recordar los buenos momentos que nos regaló, los cuales no deben ser borrados de nuestras mentes", apuntó en su intervención Lawrence.
Mientras, los padres del niño, Esteban y Rubiela escuchaban los mensajes y recibían todo tipo de condolencias, se repartía una pequeña biografía del niño de tres años, el cual al nacer sufrió de "hipoxia prenatal" durante la cesárea por lo que se recomendó que fuera operado al año, pero al ser analizado nuevamente el médico le dio de alta al exclamar "tenemos Saúl para rato".
De ahí tuvo que seguir una serie de terapias las cuales concluyeron el 7 de marzo de este año.
La vida le sonreía a este pequeño, el cual perdió la vida cuando vivía su niñez.
Su tío Alfredo, habló en nombre de la familia y pidió a las autoridades que situaciones como estas no se vuelvan a repetir, ya que es injusto que una persona pierda la vida por no encontrarse los medicamentos en las policlínicas, pero después estos aparecen por arte de magia en otros lugares.
Al concluir la ceremonia y sacar el féretro de color blanco del templo, la lluvia cesó por unos segundos y luego al iniciar el camino hacia el Jardín de Paz, la misma volvió a caer.