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Un gran suspiro de alivio emitimos los panameños cuando se anunció la recuperación del tesoro que fue hurtado del Museo Antropológico "Reina Torres de Araúz". En febrero, unos "gatos de casa" se llevaron cerca de 300 piezas de orfebrería, elaboradas por nuestras etnias indígenas en tiempos precolombinos. La colección constituye parte esencial de nuestro patrimonio nacional.
Los organismos de seguridad merecen el reconocimiento ciudadano por el éxito alcanzado. Como lo señaló El Panamá América (13 de mayo), el rescate fue "una buena muestra de lo que pueden lograr nuestras autoridades cuando combinan suficiente entrega al trabajo, con motivación, respaldo superior y orgullo profesional."
Es preciso ahora enjuiciar y castigar a los culpables de aquel hecho atroz. No pueden quedar impunes ni los autores materiales ni los cerebros del delito. Ojalá esta experiencia sirva también para que la ciudadanía adquiera un mayor aprecio por nuestro patrimonio nacional, especialmente en el Centenario de la República. El patrimonio es el alma de una nación y los pueblos que más lo valoran son los que mayores beneficios obtienen del acervo nacional.
El patrimonio nacional está constituido por las expresiones culturales, las creaciones artísticas e intelectuales, las obras notables de arquitectura e ingeniería, así como también por la gran riqueza ecológica que poseemos.
Esa enorme biodiversidad, que nos distingue como país, se encuentra bajo asedio, al igual que otros elementos de nuestro patrimonio, por la depredación, la dejadez y la ignorancia. Es hora de acudir a su rescate. |
