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Hágale falsas promesas a sus electores. Con los problemas que han acumulado los gobiernos en el país, todo el dinero del mundo no alcanzará para resolverlos.
Salga en la foto de campaña cargando a un niño. A estas alturas difícilmente un adulto le creerá sus promesas.
Hable por radio, televisión y salga retratado en las páginas de los periódicos. Personalmente lo podrían linchar al escucharle tanta demagogia.
Haga su declaración de bienes antes de tomar posesión. Si lo hace al final podría quedar preso.
Diga que si gana no va a viajar tanto, aunque después incluya hasta el gato en la comitiva presidencial.
No se rodee de buenos asesores. Los malos han proliferado y además se pagan con los fondos públicos.
Cuando esté en la silla presidencial, acháquele todos los males al gobierno anterior, total, el que viene dirá lo mismo de usted.
Si tiene Primera Dama llévela, si no, no se preocupe, en fin, es uno de los puestos públicos desde donde se consigue de todo. |
