Una batalla campal, que se extendió por tres horas, protagonizaron ayer institutores y antimotines. Hasta el rector Carlos Mora recibió una pedrada en la refriega. Las clases en el plantel fueron suspendidas indefinidamente.
Los estudiantes, prácticamente, se enfrentaron cuerpo a cuerpo con los policías. Los institutores con sus rostros cubiertos y protegidos con escudos de madera, lanzaban de todo: piedras, palos, mobiliario del plantel y bombas molotov.
A la estudiante Jaret Ramos la rozó en la nariz una bomba de gas pimienta, provocándole de inmediato un desmayo y fractura en el tabique. El enfrentamiento originó el incendio de un apartamento.