Mito: No se deben aplicar químicos como relajantes y tintes en el cabello durante el embarazo, porque la mujer puede quedar calva.
Falso: Aún no se ha comprobado que los químicos aplicados al cabello causen algún daño al bebé en gestación.
Mito: Si la mujer no come todo lo que se le antoja, el niño va a nacer con manchas en la piel, mal nutrido o con la boca abierta.
Falso: La mujer no puede comer todo y cuanto se le antoje, porque sencillamente engorda más de lo necesario y se complica.
Mito: Tomar mucha agua y comer subido de sal tiende a hinchar a la gestante.
Verdad: Las embarazadas se hinchan por un problema físico, que tiene que ver con la presión que crea el útero sobre las caderas, disminuyendo el flujo de sangre hacia las piernas.
Mito: Fumar no le crea problemas al feto.
Falso: Cada vez que una mujer hace una inhalación, la frecuencia cardiaca del bebé se aumenta cuatro latidos más por minuto. El cigarrillo afecta la placenta, los bebés nacen pequeños, desnutridos y, por lo general, prematuros.
Mito: Después de varios partos sin complicaciones, la mujer puede elegir no llevar un control médico.
Falso: Todos los embarazos son diferentes y la mujer con varios hijos debe cuidarse aún más, porque está más vieja. El útero es más débil y, generalmente, cuando dan a luz el útero no se contrae rápidamente y puede desangrarse.
Mito: Que si te da acidez, el bebé nacerá calvo.
Falso: La acidez en el embarazo es algo lógico que ocurre dentro de los parámetros normales, ya que el vientre se encuentra presionando el estómago hacia arriba, impulsando el líquido gástrico hacia el esófago.
Mito: Que si el vientre pica, es porque el bebé tiene mucho cabello.
Falso: El vientre pica, porque simplemente se está estirando la piel y requiere de una humectación e hidratación mayor.