ABRACADABRA
FENASEP
"Si
los empleados del sector público aspiran a mejorar sus
condiciones laborales, lo primero que tienen que hacer es recuperar
su independencia gremial"
Carlos Guevara Mann
Colaborador
La Federación
Nacional de Servidores Públicos (FENASEP) se prepara para
marchar con el fin de exigir que a los empleados públicos
se les reconozca el derecho a la sindicalización (El Panamá
América, 30 de mayo de 1999). La sindicalización
es un derecho de todo trabajador, que también corresponde
a los funcionarios públicos, al igual que el derecho a
la estabilidad laboral.
Sin embargo, la inclinación de la dirigencia de la
FENASEP hacia la cúpula del PRD alimenta las sospechas
de un amplio sector de la ciudadanía acerca de la movilización
convocada. Varios analistas han opinado que esta convocatoria
es parte de la estrategia de la cúpula perredista de sabotear
la gestión del próximo gobierno y fomentar la inestabilidad,
a través de medidas como la aprobación de nombramientos
políticos y leyes altamente inconvenientes, la adquisición
de pesados compromisos económicos de difícil cumplimiento
y la promoción de desórdenes públicos y
actividades al margen de la ley.
Es claro que la dirigencia de la FENASEP está parcializada
en favor de la cúpula gobernante. En 1994, parte de la
directiva de esa asociación se comprometió públicamente
a apoyar al entonces candidato del PRD, Ernesto Pérez
Balladares (La Prensa, 10 de abril de 1994).
Durante el actual gobierno, la FENASEP sin duda se pronunció
en contra de la imposición de muchas medidas inconsultas,
como la eliminación de las jubilaciones especiales y los
despidos masivos de servidores públicos. También
luchó por la puesta en práctica de la carrera administrativa,
la reducción de las tarifas telefónicas y el pago
de las partidas del décimotercer mes adeudadas a los empleados
estatales.
A pesar de que fue la cúpula del PRD quien aplicó
todas estas medidas a las que se opuso la FENASEP, en 1998 el
dirigente de esa organización, Leandro Avila, apoyó
la reelección presidencial. En marzo pasado, después
de que Martín Torrijos prometió pagar los décimos
atrasados, la dirigencia de la FENASEP resolvió apoyar
la propuesta electoral del PRD (La Prensa, 1° de julio de
1998, 29 de marzo de 1999).
Esta postura se mantuvo a pesar de que algunos asociados protestaron
porque los dirigentes de la FENASEP no tomaron en cuenta su opinión.
Ivonne Alleyne, secretaria general de la Asociación Nacional
de Funcionarios Administrativos de la Caja de Seguro Social (ANFACSS),
se quejó de que "la ANFACSS, que aglutina a 5 mil
trabajadores, nunca fue consultada para aprobar el apoyo a Torrijos
y recordó que este tipo de determinación se debe
tomar en asamblea general" (La Prensa, 27 de abril de 1999).
Estas actitudes, naturalmente, restaron independencia y credibilidad
a la FENASEP. Si a ello se agregan las amenazantes declaraciones
que la dirigencia ha emitido en contra de la presidenta electa,
Mireya Moscoso, hay sobradas razones para sospechar que la cúpula
del PRD, en efecto, influye en las decisiones que toma la dirigencia
de la FENASEP.
Esa parcialización no conviene ni a la FENASEP ni a
su lucha en pro de los derechos que legítimamente corresponden
a los servidores públicos. Si los empleados del sector
público aspiran a mejorar sus condiciones laborales, lo
primero que tienen que hacer es recuperar su independencia gremial
y erradicar la influencia de la cúpula perredista en el
manejo de la FENASEP.
Si, por el contrario, permiten que la cúpula del PRD
siga influyendo en sus asuntos internos, la FENASEP debilitará
su causa y perderá apoyo popular. Los servidores públicos
que desean ejercer plenamente sus derechos deben pensarlo muy
bien.
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