La Asamblea Nacional de Diputados aprobó ayer el proyecto de descentralización, una vieja aspiración de la dirigencia de los municipios del país, pero que en parte de la sociedad genera preocupación.
Aunque se acogió el veto del Ejecutivo que excluyó del manejo municipal los aspectos educativos y de salud, la preocupación es en torno al manejo de los 250 millones de dólares que para el próximo quinquenio debe aportar el Canal al Programa de Desarrollo Comunitario (PRODEC), que serán transferidos a los Consejos provinciales, los que asignarán proporcionalmente los fondos a las Juntas Comunales, a razón de 80 mil balboas anuales.
De los 623 representantes de corregimientos electos, 326 serán miembros del Partido Revolucionario Democrático. El año pasado, 70 de los 75 municipios del país ejecutaron gastos por 134 millones de balboas. En la práctica, el Gobierno Central debe subsidiar a 52 municipios.
Hasta los municipios que no gozan de subsidios enfrentan deudas que no pueden pagar, hacen descuentos a sus funcionarios y no se la pagan puntualmente a los acreedores de éstos.
Uno de los pocos servicios en los que son autónomos los municipios: la recolección de la basura, es realizado de manera deficiente y por eso existe temor en la ciudadanía.
Cierto es que las autoridades locales debieran tener mejor conocimiento de las necesidades de las comunidades, pero el problema de la corrupción que carcome a las diversas instancias de la sociedad panameña, hacen pensar dos veces sobre los beneficios de la descentralización.