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�Qué dicen las cifras sobre el SIDA en Panamá? Cosas horribles. Aún así el panameño común no toma nota. Tampoco la panameña. La mayoría lleva una vida de ligerezas y adulterios escandalosos, que ya dejan de motivar el escándalo paradójicamente, para convertirse en escena rutinaria, que ha deja de doler por lo común.
Un aspecto preocupante es que se ha demostrado que son las mujeres quienes menos se preocupan por el SIDA, y por lo tanto se cuidan menos. Por otro lado, también se está informando que cada vez son más las mujeres adulteras.
La mezcla de estos dos datos es explosiva... casi infernal. En el medio de todo lo que está en juego es la salud de la familia, la falta de cohesión en este grupo que se convierte en centro energético de toda la sociedad. Sin familias saludables, todo está perdido.
Entonces pasamos el foco del asunto a la pareja, sin contar los hijos. Muchachos muy jóvenes se están enlazando en uniones sin base, sin principios y sin objetivos. Las razones por las que deciden hacer familia son tan triviales y sin fundamentos, que al año ya están aburridos unos de otros, y salen a la calle a buscar entretenimiento.
Al cabo de un tiempo ya han pasado ellas por dos o cinco hombres, y ellos por el doble de mujeres. El amor, si es que alguna vez lo hubo, es sólo un recuerdo, y todo porque se unieron por las razones equivocadas.
Pensemos en la familia, y en su importancia en estos momentos de crisis de valores que viven la sociedad. O si no, pensemos en nosotros mismos, y en los hermoso que es llegar a viejo con alguien que te aprecia a tu lado, y alguien a quien vale la pena darle amor. |
