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EDITORIAL
Protestas y tranques
La noticia de que los ex trabajadores del IRHE habían cerrado la vía, generó exclamaciones de desespero en algunos usuarios de la ruta. Y la pregunta es �quiénes son realmente los perjudicados cuando se dan protestas en la calle?
Ayer, la ciudad capital se vio alborotada cuando un grupo de ex empleados cerró la vía en protestas por sus justas razones, y también ayer, miles de ciudadanos panameños rompieron sus agendas programadas por los tranques que se dieron producto del encuentro entre estudiantes del Artes y Oficios y los policías antimotines.
Recientemente se cuestionó el proceder de un grupo de adolescentes que tomaron la batuta y se apoderaron de la 4 de Julio y sus alrededores. Hoy no son adolescentes. Son adultos que han adoptado la vía de rebeldes para hacerse escuchar.
Y precisamente lanzan su "voz de protesta" cuando en el país se redunda en el llamado diálogo. Cierto que las razones que han tenido son más que suficientes para protestar y exigir el respeto de sus derechos, pero luego �dónde queda el evangelio que se predica y se pide a las nacientes generaciones prudencia, inteligencia, respeto y otros valores?
En momentos como estos, donde la sociedad afronta una crisis de valores y una serie de retos, se hace necesario reclamar los derechos, pero no esto no se puede hacer afectando a terceros.
En estas situaciones, generalmente son personas ajenas directamente al conflicto, las que sufren las consecuencias. El panameño siempre ha demostrado solidaridad, pero también es cierto que a veces recibe solo abusos y "tanto da la gota al cántaro, que éste se rompe", como reza un viejo refrán.
No es que se reproche, se reitera, la actitud de reclamo, sino que se cuestiona el hecho de que hasta cuándo se sentarán los pensantes en Panamá para planear estrategias de reclamo y que se noten resultados.
En este caso, no sólo los manifestantes son los responsables; también lo son aquellos que reprimen a los primeros toda vez que toman medidas restrictivas que no solo afectan al insurrecto del momento, sino a inocentes.
Ayer los enfrentamientos entre alumnos del Artes y Oficios provocaron el cierre durante cuatro horas de la vía Bolívar. La gente que iba a visitar enfermos al hospital Metropolitano de la Caja del Seguro Social, los que retornaban a casa después de una agotadora jornada laboral, se vieron obligados a padecer un descomunal tranque vehicular, que haría rabiar a cualquiera.
Ya es hora que se tomen en serio los derechos del ciudadano y se hagan respetar con acciones de peso que representen el valor privilegiado del Hombre, su poder de raciocinio.
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PUNTO CRITICO |
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