MENSAJE
Veinti�n a�os dentro de un pozo
Hermano Pablo
Costa Mesa, California
No quiero mencionar nombres ni lugares, pero el siguiente reportaje procedi� de la UPI, es decir, de la prensa internacional. Durante veinti�n a�os, la persona de este caso vio el cielo en forma redonda. Pasaban los d�as y las noches, y cada vez que miraba hacia arriba, ve�a de d�a un c�rculo lleno de luz, y de noche uno lleno de estrellas. Se trata de una se�orita que pas� veinti�n a�os de su vida metida dentro de un pozo. Su abuelo la puso all� cuando ten�a un a�o de edad. Ella hab�a quedado hu�rfana de madre, y el padre hab�a desaparecido. La raz�n que el abuelo dio fue: "para que no se haga da�o". Por fin sali� del pozo, y pudo llegar a ver, en su plenitud, el amplio cielo azul y el mundo variado y policromo que la rodea. Apenas sab�a hablar, y sus miembros estaban medio anquilosados; pero hab�a una buena probabilidad de que se recuperara. Uno se pregunta: �D�nde estaban sus dem�s parientes? �C�mo comi� y durmi� y vivi� esta pobre criatura? �No hab�a autoridad que pusiera manos en este asunto? Las preguntas corren a torrentes, y quiz� nunca sabremos sus respuestas. Pero el caso me hace reflexionar sobre otros encierros. Hay personas que viven encerradas dentro de un pozo de amarguras. Todo les es negativo. No pueden, ni quieren, salir de su pozo. No tienen esperanza. No tienen fe. Desconf�an de todos. Y lo triste de un encierro as� es que no s�lo es infructuoso sino innecesario. Se puede salir de ese pozo. Hay tambi�n personas que viven en el pozo de la sospecha. Me refiero a celos que nunca han sido justificados. Los casados son, muchas veces, v�ctimas de esos pozos. Tal vez recibieron un perverso an�nimo, o la sospecha brot� porque s�. Pero pasan a�os y a�os viviendo en esa desesperaci�n. Luego est� el pozo negro del odio, lleno de alacranes, de escorpiones, de tar�ntulas, de murci�lagos y de v�boras venenosas. Esta es la persona que no ama a nadie, que tiene resentimientos contra todos y contra todos. Y el peor odio que tiene es el que se tiene para s� misma. Y no puedo omitir el peor de los pozos, el pecado. La Biblia lo compara con el lodo cenagoso. Jesucristo desea sacarnos de este y de todos los pozos que empobrecen y empa�an nuestra vida. En una humilde y sincera oraci�n, dig�mosle: "�Oh Dios, ten compasi�n de m�, que soy pecador!" (Lucas 18:13).
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