La recién promulgada Ley 30 ó 9 en 1 ya está generando sus efectos. En Bocas del Toro hay una rebelión y se dieron ayer enfrentamientos entre los antimotines con saldo de muertos, heridos, detenidos y destrucción de la propiedad privada y estatal.
La transnacional Chiquita Brands entendió que la Ley 30 los exoneraba de aplicar el descuento de la cuota sindical a sus 4, 000 obreros lo que enfureció a los trabajadores, que se declararon en paro y el caos se apoderó de Changuinola, principal punto de operación de la filial local Bocas Fruit Company.
Esos son el resultado de legislaciones que se introducen a tambor batiente y sobre las cuales los dirigentes del gobierno no analizan las repercusiones sobre la paz social del país. Ahora no queda más que llegar como el bombero a apagar un fuego provocado y a cuantificar las pérdidas económicas y humanas.
�Qué se hará ahora? �Se aplicará la Ley 30 a los responsables del número de muertos que se registraron en los incidentes de ayer?, �Se entenderá que un gobierno no puede de buenas a primeras tratar de afectar las organizaciones sindicales, utilizando legislaciones chorizos?
Ojala que lo sucedido en Bocas del Toro haga meditar a todos, en particular a los gobernantes. Hay que evitar una explosión social, cuyos resultados serían impredecibles. Hay varios focos de conflictos en el país que deben ser atendidos y no atizar más el fuego.
Bocas del Toro debe retornar a la calma. La perdida de una ó 20 vidas es una tragedia que no tiene justificación. Hay que hacer un alto y entender que el enfrentamiento no conduce a ningún lado, sólo al cementerio o al hospital.