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 Martes 13 de julio de 1999


Las 3 etapas en la enfermedad de Alzheimer

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Colaboraci�n: AFAPADEA
Cr�tica en L�nea

Todos sabemos lo dif�cil que es presenciar el desarrollo de esta enfermedad que poco a poco va acabando con nuestros seres queridos y en gran medida con nosotros mismos. No hay un orden ni tiempo preciso en cuanto a los hechos que aqu� presentamos, pero de cierta forma este es un peque�o resumen de lo que ya estamos viviendo y de lo que tarde o temprano enfrentaremos.

PRIMERA ETAPA

Esta primera etapa tiene una duraci�n aproximada de 2 a 5 a�os y en ella se observa un paulatino deterioro en la memoria. La persona olvida eventos recientes no importa que hayan pasado 10, 15 o 20 minutos de un hecho determinado.

El paciente puede no recordar que ya comi� u olvidar la conversaci�n que tuvo con su hijo minutos antes. Asimismo, la percepci�n de su medio ambiente se ve disminuida, lo mismo que la memoria en cuanto al tiempo y el espacio se ve afectada.

En la persona empieza a surgir una t�pica desorientaci�n de lo que lo rodea, no reconociendo bien el lugar donde est�. As�, es muy com�n que la persona no recuerde c�mo llegar a las tiendas que siempre ha frecuentado, saber d�nde est� el banco, al que siempre ha ido; qu� direcci�n tomar para ir a la iglesia, a la que asiste todos los domingos; o bien, qu� camino tomar para regresar y llegar de vuelta a casa. Otros ejemplos son el no recordar la fecha, ni el d�a, ni el mes en que vive, no saber la hora que es o creer que, aunque es de ma�ana, para �l ya es de noche o viceversa.

Del mismo modo surgen otros detalles como son una disminuci�n en la concentraci�n y una fatiga cada vez m�s notoria. Se presentan cambios de humor y s�ntomas de depresi�n con apat�a, p�rdida de iniciativa y falta de inter�s. Junto a ello, a la persona se le comienza a notar inquieta, mostrando agitaci�n y ansiedad. Estos �ltimos s�ntomas, es muy com�n que ocurran al atardecer o durante la noche, lo cual es un problema para quienes cuidan de ellos. Y, aunque no se sabe con exactitud el porqu� de esto (la inquietud o agitaci�n nocturna), lo que si puede ayudar a calmar al paciente y reducir dicha ansiedad son, en cierta forma, los medicamentos.

Por otra parte, el lenguaje, las habilidades motoras y la percepci�n son conservadas. El paciente es capaz de mantener una conversaci�n, comprende bien y utiliza los aspectos sociales de la comunidad (gestos, entonaci�n, expresi�n y actitudes) en forma a�n dentro de lo normal.

SEGUNDA ETAPA

En esta segunda etapa, todos los aspectos de la memoria empiezan progresivamente a fallar. Este estad�o tiene una duraci�n aproximada de 2 a 10 a�os, durante el cual se producen importantes alteraciones de la funci�n cerebral con aparici�n de s�ntomas m�s preocupantes o que llaman m�s la atenci�n. Comienzan a surgir problemas de afasia, apraxia y agnosia.

Por afasia se entiende dificultad en el lenguaje. Al paciente le cuesta trabajo hablar, batallando para expresarse y darse a entender. Dice unas palabras por otras, un "vaso" puede ser para �l o ella una servilleta, o tal vez ese andar inquieto y preguntar por la puerta para poder salir significa "quiero ir al ba�o" (y que de este modo salga esta carga o presi�n que tenga dentro).

Las apraxia se refiere a las dificultades que presenta el paciente para llevar a cabo funciones aprendidas. La persona no puede ni sabe c�mo vestirse, siendo muy com�n que se ponga dos o tres calcetines en un mismo pie, o tal vez trate de colocarse la camiseta arriba de la camisa. En el caso de las mujeres, sucede lo mismo, no entiende c�mo colocarse las medias, ni la blusa y la falda se la puede poner al rev�s. Durante los alimentos, las personas con este mal, no saben utilizar los cubiertos, haciendo uso del tenedor, el cuchillo y la cuchara en forma indistinta.

La agnosia consiste en una p�rdida de la capacidad para poder reconocer a las personas con las que convive. Y, aunque esta p�rdida no es total, pues de cierto modo a�n reconoce ambientes familiares y conserva la orientaci�n personal (sabe su nombre, edad, lugar de nacimiento), sus desaciertos son cada vez m�s frecuentes. Por otra parte, el paciente se torna descuidado en su higiene personal. Ya no se arregla como antes, la pulcritud que todos admiraban; se le nota sucio y descuidado, les da por no quererse ba�ar o decir que ya lo hicieron, enoj�ndose cuando se les recrimina.

Aparecen algunos rasgos de tipo psic�tico. Imagina que ve gente la cual no existe, escucha ruidos que nadie oye o piensa y cree firmemente que alguien va a llegar por �l. Empieza a preguntar por personas que ya murieron (su pap�, su mam�, su hermano) y todas estas im�genes que pasan por su mente, realmente le inquietan. Asimismo, el embotamiento o represi�n de emociones, aunadas a una apat�a cada vez mayor, empiezan a hacerse cada vez m�s evidentes.

La dependencia con respeto a un cuidador es cada vez mayor. Las aficiones que ten�a, las actividades sociales, de ocio y de recreo pierden totalmente su valor, mostr�ndose aburrido, flojo, ap�tico o somnoliento.

La persona empieza a hacer actos repetitivos rayando en lo obsesivo. Vagabundea, recorre la casa por todas partes, empieza a esculcar y escudri�ar cajones, ordena la ropa o los papeles varias veces al d�a, su mirada cambia y sus ojos parecen ser dos faros que se mueven, muchas veces, en sentidos contrapuestos.

En esta etapa, resulta obvio que la capacidad para el pensamiento abstracto y la habilidad para llevar a cabo operaciones de c�lculo desaparecen por completo. No pueden realizar las m�s sencillas operaciones, aunque si, tal vez, recitar de memoria las tablas de multiplicar.

Finalmente, en esta segunda fase puede apreciarse cierto grado de Parkinson, ya que es muy com�n ver movimientos bruscos de manos, brazos o pies, cuando la gente enferma est�, por ejemplo, sentada o dormitando.

TERCERA ETAPA

En esta tercera y �ltima etapa, se presenta una amplia y marcada afectaci�n de todas y cada una de las facultades intelectuales. Los s�ntomas cerebrales se agravan, acentu�ndose la rigidez muscular as� como la resistencia al cambio postural. Pueden aparecer temblores y hasta crisis epil�pticas.

El enfermo con Alzheimer no reconoce a sus familiares y llega el momento en que llega a desconocer su propio rostro en el espejo. La personalidad que siempre acompa�� a la persona, desaparece por completo. Los pacientes se muestran profundamente ap�ticos, perdiendo las capacidades autom�ticas adquiridas como la de lavarse, vestirse, andar o comer, y presentan una cierta p�rdida de respuesta al dolor.

M�s adelante, tienen incontinencia urinaria y fecal. En la mayor�a de los casos el paciente finaliza encamado, con alimentaci�n asistida.

Por lo com�n, los enfermos con Alzheimer suelen morir por infecciones en las v�as respiratorias, neumon�a, infecciones urinarias o de la piel por escaras u otro tipo de complicaci�n.

JAMAS LOS OLVIDEMOS

Como ya todos sabemos, hoy por hoy no existe ning�n tratamiento eficaz para esta enfermedad, aunque sabemos que se llevan a cabo grandes esfuerzos para ello.

La ciencia avanza y estamos a la espera. Mientras tanto, revist�monos de paciencia y tomemos en cuenta que a�n los tenemos a nuestro lado y que jam�s debemos olvidarnos de ellos.

 

 

 

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La ciencia avanza y estamos a la espera. Mientras tanto, revist�monos de paciencia y tomemos en cuenta que a�n los tenemos a nuestro lado y que jam�s debemos olvidarnos de ellos.

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