El arzobispo José Dimas Cedeño afirmó ayer que en la Corte Suprema de Justicia sigue oliendo a podrido. "Ya en el 2005 la Iglesia lanzó un grito de desesperación diciendo: Algo huele a podrido en la Corte. Con mucha tristeza decimos que esa podredumbre no se ha corregido".
Al concluir una reunión con el presidente del partido Panameñista, Juan Carlos Varela, el prelado pidió a los magistrados hacer valer su título de "honorables". "Es injustificable que fricciones entre los magistrados trastoquen la paz social de los panameños", añadió.
Señaló que el problema está en el sistema de justicia, del cual dijo que debe ser reformado. "No se puede volver a escandalizar más a la población, que debería ver a la Corte como la entidad suprema de la justicia, de la equidad y del honor", señaló.
Dimas Cedeño instó a la sociedad civil a aportar críticas constructivas para encontrar una solución al problema de la justicia en Panamá. En tanto, Juan Carlos Varela señaló que los magistrados "se han convertido en los alfanjes y piezas de ajedrez político de uso de los presidentes y ex presidentes de la República".
"Es claro que las diferencias entre los magistrados están ligadas a fallos personales, lo que hay allí es una influencia político-económica clara", afirmó.
El panameñista manifestó que aquello de la crisis en el �rgano Judicial ha dejado de ser una percepción para convertirse en una palpable realidad.
"Hay casos muy claros que se han dado los últimos años como el CEMIS y Punta Chame, que sencillamente nunca concluyen porque quedan sobre un escritorios de algún magistrado".
Afirmó Varela que las diferencias en la Corte no son por prácticas legales, sino por decisiones políticas que recrudecieron desde 2005 con acusaciones entre magistrados por dudosos fallos. "Siento que lastimosamente la falta de transparencia y la corrupción han avanzado por falta de un �rgano Judicial más independiente y más fuerte".