La campaña por la Presidencia de la República se perfila sumamente reñida. Tres candidatos prácticamente están empatados en las simpatías ante el electorado panameño, según una encuesta de la firma Dichter & Neira.
Balbina Herrera, Juan Carlos Varela y Ricardo Martinelli reflejan un triple empate, a poco menos de 11 meses para los comicios de mayo de 2009. Todavía falta mucho y nadie tiene una bola de cristal para vaticinar si el panorama se mantendrá igual, si se producirá una polarización de los partidos tradicionales: PRD y Panameñismo; o si la tercera fuerza de Cambio Democrático, se alzará con el poder.
La encuesta revela algo preocupante para los dos principales precandidatos del PRD: ambos han bajado en las encuestas y juntos apenas alcanzan el techo de ese colectivo: el 34 por ciento.
Una alianza entre Martinelli y Varela sugiere un triunfo de la oposición, pero en política no hay nada escrito en piedra. Los que hoy están arriba pueden bajar y los de abajo -como lo ha demostrado Varela- puedan dar un brinco en las preferencias del electorado.
Es casi un hecho que el precandidato presidencial del PRD que triunfe en las primarias de ese colectivo, tendrá un gran salto en las preferencias del electorado, una vez salgan los resultados de esos comicios internos.
Así las cosas, corresponde ahora a la ciudadanía exigir propuestas y no tanto marketing que maquilla a candidatos, para que no salgan a flote las deficiencias de sus planes para gobernar.
Los equipos de campaña deben estar concentrados en eso. Los que aspiran a dirigir la Nación deben tener estatura presidencial, tener conocimientos profundos y no superficiales de los principales problemas del país y por allí plantear soluciones.
El pueblo también debe reclamar propuestas y no tantos besos y abrazos. No estamos en un concurso, lo que está en juego es la selección del hombre o mujer que debe dirigir la principal empresa de todos: el país.