Sábado 8 de agosto de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Falta de controles laborales

L
a legislación laboral panameña previene situaciones y aspectos del desempeño del trabajo, encaminados a la protección del trabajador en la corrección de prácticas que se apartan de las normativas, y así alcanzar el sereno desempeño de labores en los centros de trabajo.

Sin embargo, múltiples restaurantes y almacenes capitalinos, sustentan prácticas en el servicio a los clientes que exigen a los trabajadores alzar constantemente banderas con las viandas y los enseres, con olvido de los instrumentos que ofrecen seguridad a esos menesteres, llamados "bus boy", en idioma extranjero, consistentes en un carrito de dos niveles con rodamientos, que evita accidentes y lesiones al empleado y los parroquianos; o, permanecer de pie, sin asientos durante las horas de la jornada, situación ilegal que incorpora riesgos de afectación columnar.

La visita de los funcionarios inspectores que previene la normativa laboral resultan simbólicas; en determinados negocios nunca se han realizado, con lo cual, el propósito de verificación del cumplimiento de las reglas que rigen en el trabajo asalariado, resultan nugatorias.

La costumbre de contratar por escasos meses al trabajador, para luego de transcurrido el período, trasladarlo a otro almacén con diferente personería y distinta dirección para eludir prestaciones de antiguedad y derechos sociales; así como el intercambio de trabajadores entre distintos patronos por tiempo determinado, hace que el papel vigilante de las autoridades laborales resulte de enorme importancia para el desprotegido laborante.

Ausencia de tributación a la Caja de Seguro Social; falta de reconocimiento de los derechos previstos por la ley laboral; prácticas ofensivas, rayanas en inseguridad; condiciones de higiene del trabajo en precario, son algunas de las realidades del mundo del trabajo asalariado panameño; razón por la que se impone a las autoridades correspondientes adelantar esfuerzos encaminados a morigerar y contener el abuso patronal.

De acuerdo con noticias conocidas por este medio, existen conversaciones gremiales de dirigencias representativas del trabajo del comercio y los restaurantes para denunciar (identificando en su particularidad) a las empresas que incumplen la legislación del trabajo.

Conviene recordar que los quehaceres del empleador se balancean con el hacer de los agremiados y sus organizaciones naturales; razón por la cual, de persistir tales abusos, pudieran surgir formas de reclamos y lucha que estremezcan la serenidad citadina.

Las ocho horas del comercio, los descansos, las prestaciones, la higiene y la seguridad de los centros de labores son aspectos que envuelven las quejas de los trabajadores de restaurantes y almacenes capitalinos.

 

 

 

 

 


 

AYER GRAFICO
La Asamblea Nacional dio posesión a Max Delvalle como Presidente de Panamá.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no respeto la vida de pasajeros.


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