Aunque las autoridades traten de explicar de mil y una forma a los usuarios que que el aumento o rebaja en los precios del combustible obedece a condiciones externas, el panameño común no acepta tal comentario, sobre todo cuando su bolsillo se afecta cada día más.
A partir de hoy, dependiendo de las gasolineras, la gasolina de 91 octanos debe bajar 0.12 centavos y la de 95 octanos debe costar 0.15 centavos menos. Esto es una gran noticia para todos los dueños de automóviles, pero no será bien recibida porque la percepción es que cuando se producen rebajas éstas no son tan abultadas como cuando se registran los aumentos.
Como quiera que sea el caso, lo cierto es que las economías de los países, sean estos de primer mundo o de tercer mundo se han visto afectadas directamente por el bamboleo en el precio del crudo internacional. Las alzas en los precios de la energía eléctrica es evidente, sobre todo cuando se escuchan las voces de los hoteleros panameños que ya comienzan a mostrar preocupación.
Panamá, por ser un país no productor no escapa de la realidad. El ciudadano de este país percibe que nadie hace nada para evitar el incremento, pero siguen consumiendo igual o más energía, lo cual nos demuestra que debemos ser más directos en las campañas para concienciar a todos en el tema del ahorro. Quizás, cuando logremos la comprensión de todos los que habitan este terruño, tal vez podamos enfrentar con seriedad el castigo a que somos sometidos por culpa del oro negro.
No podemos esperar que el Gobierno nos siga aportando más y más. Es necesario que los jefes de cada familia comiencen a aplicar su estrategia de ahorro doméstico para controlar el aumento.