El jardinero de los Gigantes de San Francisco, Barry Bonds, vivió otra jornada triunfal más en el apartado deportivo al pegar su jonrón número 757 con el que le permitió batir su propia marca de todos los tiempos de 756, que el pasado martes estableció al superar los 755 de Hank Aaron.
Pero mientras Bonds sigue en plena celebración por una de las marcas históricas más sagradas en la historia del deporte profesional de Estados Unidos, la polémica sobre las sospechas que utilizó el consumo de esteroides para mejorar su rendimiento le persigue y han dejado con un asterisco el logro deportivo conseguido.
La ironía para Bonds es que su marca histórica la consiguió en el quinto aniversario del acuerdo que se dio dentro del béisbol profesional para que los peloteros se sometiesen a controles antidopaje y cuando menos jonrones se han logrado.
Bonds, que llegó a los 2.916 después de conectar su jonrón número 757.