Viernes 14 de agosto de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Virus mortal en la cordillera

I
nformes médicos comunican que en las lejanías cordilleras de Agua Salud, en el Corregimiento chiricano de Peñas Blancas y Chichica, limítrofes con Bocas del Toro, doce indígenas fallecieron, resultado de una epidemia viral que recorre esos parajes agrestes.

De acuerdo con los datos publicitados la mitad de la población soporta los rigores del morbo, caracterizado por fiebres, tos, secreciones nasales e infección pulmonar, cuya duración se estima en diez días de dolencias, si no se presentan complicaciones de bronconeumonía.

Las autoridades de Salud señalan que la epidemia se complica en razón de factores concomitantes; cuales son, la inaccesibilidad de los poblados, la ausencia de servicios sanitaristas idóneos y oportunos, unidos con los estados de desnutrición generalizada que afecta a los moradores y el rigor gélido del clima cordillerano.

Estas doce muertes son otro aldabonazo a la conciencia ciudadana que debe reaccionar ante las durezas materiales de las vidas arrinconadas de los indígenas cordilleranos, para los que no existen servicios médicos, sanitaristas, educativos y viales, que oferten a las etnias digna calidad de vida.

Resulta inadmisible para el ciudadano común que se proclame las carencias de recursos financieros y materiales para enfrentar los olvidos de estas tierras abandonadas, en orfandad de protección y ayuda, cuando se realizan gastos suntuosos, faraónicos, de dispendio, por millones de balboas, para servir propósitos de imagen personal, de promoción política, o se convoque a consultas plebiscitarias con gastos de adicionales millones, para decidir un capricho reeleccionista y perpetuador.

Los indígenas fallecidos son panameños; quizás más panameños que muchos de los personeros de cúspide en el mando gubernativo; sin embargo, su vivir estuvo signado por la miseria, la pobreza y la desesperanza, de un sistema indiferente a la solidaridad y la hermandad humana; circunstancias que impulsan a los pueblos indígenas de las etnias sobrevivientes, a luchar por espacios materiales y de poder, que permitan reivindicar el vivir de condena social y convertirlo en progreso, pan y felicidad.

Las interioridades del sistema aperturista y globalizador se traducen en desempleo, aplastamiento del pequeño productor, depauperación que degrada para las mayorías, permitiendo a un reducido círculo de aprovechados medrar y construir faraónicas fortunas, que en la cúspide de las riquezas resultan símiles del mitológico Rey Creso, que convirtió en oro todo lo que su insaciable mano tocó.

Urge que la burocracia acomodaticia, de molicie y permisión tolerante, supere sus desganos y atienda con urgencia y sostenibilidad, las comunidades indígenas, a través de giras permanentes de asistencia, instrucción y enseñanzas; mientras tanto la vergüenza de doce muertes injustas los acusan.

 

 


 

AYER GRAFICO
Los balcones del Casco Viejo son verdaderas obras de arte.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, atento contra la amistad.


OPINIONES



 

 

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