Viernes 14 de agosto de 1998

 








 

 


MENSAJE
No era lugar para jugar

Hermano Pablo
Costa Mesa, California

E
ra una interesante partida de naipes. Los cuatro jugadores estaban sumidos en su juego. Sobre la carpeta, junto con los naipes, estaban también las botellas de alcohol que apuraban de continuo los jugadores.

No era la tradicional carpeta verde de los casinos. Era un tramo de las vías del ferrocarril que va de Los Angeles, California, a San Diego. Tan interesante era la partida, y tan obsesionada estaban los cuatro hombres, que no vieron venir al tren. Tres de ellos quedaron muertos en las vías. Sólo uno escapó con vida suficiente para dar razón del accidente.

He aquí un caso que a uno la parecería mentira si no fuera rigurosamente cierto. Cuatro hombres, todos ellos hispanos transeúntes, de los que curzan la frontera entre México y Estados Unidos para encontrar trabajo, se sentaron en las vías del tren a beber tequila y a jugar a las cartas. Tan absorbente fue la partida de naipies, y tan fuertes las libaciones de alcohol, que se olvidaron por completo donde estaban y el peligro que corrían, y no oyeron la eestridente sirena del tren.

La pasión por el juego es como todas las otras pasiones que conturban el alma del hombre: absorbente, dominante, obsesionante. El jugador, así como el bebedor, o como el drogadicto, o el fumador, una vez empieza, y se deja ganar por la pasión, pierde personalidad, pierde conciencia, pierde moral y pierde razón.

Ya no es un hombre con una pasión sino una pasión dentro de un hombre. Es una obsesión tal como si fueran los tentáculos de un pulpo gigantye, o las fauces de un cocodrilo colosal, o variando el símil un poco, como una corriente eléctrica de mi voltios, que apresa y no suelta hasta que mata.

Las pasiones del alma son eso: fuerzas que apresan y no sueltan, y que se van alimentando de la misma carne que están matando. O como el cáncer, que se alimenta de células sanas del cuerpo y las va convirtiendo en células malignas hasta que la víctimas secumbe. O como el SIDA, que adormece, neutraliza y desarma las defensas morales del hombre.

Sólo Jesucristo puede librar al hombre de sus pasiones mortíferas. Arroj monos en susbrazos, y en un paso de fe y un acto de entrega voluntaria total, rindámonos a El.

 

 

 

 

 

FARANDULA
AQUAMOSH, último disco de Plastilina Mosh.

 

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