Una de las tradiciones más importantes de nuestro país es la confección artesanal de nuestros propios instrumentos musicales.
En la gran variedad e importancia no podemos dejar de lado los tambores.
Conocimos al señor Leonardo López, artesano del sector de Parita en la provincia de Herrera, quien asegura que la elaboración de este instrumento musical requiere de mucho esfuerzo, especialmente por el tipo de madera que se utiliza para su fabricación, que por lo general se centra en madera de volador y cedro amargo.
El volador es una madera liviana y suave de trabajar, mientras que el cedro es más difícil de tallar, pero ofrece bellas vetas que le dan vistosidad y un sonido más alto al tocar.
Otros elementos importantes son el cuero de venado y la soga de algodón que se utiliza en la elaboración de este tubo de madera sellado en uno de sus extremos con cuero animal, amarrado con soga y cuñas de madera.
Los tambores por lo general tienen una medida unitaria de 28 pulgadas de alto, por 8 pulgadas en la parte de la boca superior.
Su precio varia de B/40.00 balboas en adelante.
A NIVEL NACIONAL
En algunas regiones panameñas usan cuatro tambores: tres de euflas y una caja: cuyos parches tienen ojales por donde pasan los cordeles que hacen los amarres de cuero a cuero y que proporcionan sonidos más secos y profundos. Podemos apreciarlas en La Chorrera, Darién, Colón, Coclé.
En otras regiones usan tres tambores; dos de cuñas y una caja un poco más chica que la que hemos mencionado no hace mucho, de sonido más agudo, y con anillos de madera rodeando los parches de cuero que cubren los extremos abiertos del cilindro de madera que la conforman. Esta es usada en las regiones santeñas y la que más usan los conjuntos de proyecciones de bailes folclóricos.
EL SONIDO MANDA
Los tambores reciben su nombre de acuerdo con la función sonora. Así, el de sonidos graves, recibe el nombre de "pujador"; el otro, que es de sonidos más agudos se denomina "repicador"; es algo más esbelto que el pujador. Algunos pueblos lo llaman, porque es el que invita a los bailadores a dar los tres golpes, "llamador". En muchos lugares usan dos pujadores y un repicador; otros pueblos introducen uno de tipo intermedio al que le dan el nombre de "Claro".