Jugar a las cartas no es sólo una alternativa de ocio. Ahora, también es una cuestión de salud, según un estudio de la Asociación de Investigación de la Industria del Juguete (AIJU) España.
Entre las conclusiones de este trabajo, destacan los beneficios en la salud física, mental y afectiva de las personas mayores. Y es que, dicen, que alrededor de los juegos de mesa se mejora la memoria, movilidad, agilidad y la percepción personal. Y por si eso no fuera suficiente, además, se hacen amigos.
El dominó, las cartas o el parchís pueden dar satisfacciones más importantes que la de ganar la partida a los adversarios. Al menos, esa es la propuesta del estudio de la Asociación de Investigación de la Industria del Juguete.
Este trabajo apunta que tanto los juegos de mesa tradicionales como los de última generación (preguntas y respuestas) son muy beneficiosos para la salud física, mental y afectiva de las personas mayores.
Así, estas actividades repercuten de forma positiva en la movilidad y la agilidad, estimulan la percepción sensorial, ejercitan habilidades cognitivas, potencian el contacto social y la comunicación, ofrecen entornos para el aprendizaje y optimizan los niveles de bienestar subjetivo.
Cabe destacar que esta investigación forma parte del Proyecto Ludiman, que es impulsado por AIJU y el Instituto de Biomecánica de Valencia, analiza las posibilidades de los juegos de mesa como instrumento de mejora y prevención de los efectos negativos del envejecimiento.
BENEFICIOS
Los beneficios de los juegos de mesa en los mayores se justifican porque requieren coordinar movimientos del cuerpo.
Movilizar de forma pausada las articulaciones o realizar estiramientos.
Estimulan la percepción sensorial al ser fuente de motivación, por la atención que exigen a través de sus variadas propuestas y promueven la percepción por oído, vista y tacto.
De la misma manera, los juegos que requieren atención y concentración ayudan a mejorar la memoria; los de letras, palabras y números ayudan a practicar algunos hábitos necesarios para el desarrollo de las actividades de la vida cotidiana.
El aprendizaje y memorización de las reglas de cualquier juego contribuyen también al mantenimiento de las habilidades cognitivas, y los juegos de compañía, sea cual sea su temática u objetivo, es siempre una oportunidad para la mejora y uso del lenguaje.
Los juegos compartidos fomentan las relaciones sociales y de comunicación, además de estimular la satisfacción emocional y la seguridad.