EDITORIAL
Custodios penitenciarios civiles
Panam� envi� varios funcionarios de Correcci�n a Espa�a para formarlos en las tareas de custodia de reos en las penitenciar�as paname�as, con lo cual se dio un importante paso en el derrotero de humanizar las c�rceles y encaminarlas por senderos de rehabilitaci�n personal, y respeto humano. La experiencia inicial result� fallida al ponerse en pr�ctica, por m�ltiples razones en las cuales destaca el insuficiente n�mero de funcionarios adiestrados, las endebles conductas de los vigilantes que repitieron casos de favoritismo, corrupci�n e inoperancia, razones por las que fue desechada por el r�gimen perredista que fenece, que entreg� tales responsabilidades a los polic�as de uniforme, repitiendo el pasado de censuras, cr�ticas y rechazos que la medida conlleva. Ahora, en palabras del Director General de la Polic�a Nacional entrante, se�or Carlos Bar�s Weeden, se repetir� la experiencia trasladando a las autoridades civiles la custodia de las c�rceles nativas y manteniendo vigilancia armada con polic�as, en los per�metros de las referidas penitenciarias; decisi�n que permite destinar mayor cantidad de agentes de polic�a a la prevenci�n del orden p�blico, la protecci�n ciudadana y de los bienes de los asociados. Conviene se�alar que en reciente c�nclave de juristas centroamericanos se determin� que Panam� titula el mayor hacinamiento carcelario de la regi�n, cuando mantiene m�s de tres mil detenidos, en relaci�n con su poblaci�n cercana a los tres millones de habitantes, mientras Guatemala tiene diez millones de habitantes y solamente retiene ocho mil presidiarios. Esta realidad penitenciaria paname�a obliga a considerar aspectos tales el retardo procesal, o mora judicial, donde ineficiencia y tortuguismo impiden solventar las causas con agilidad, o una excesiva punici�n legislada que llena las celdas con infracciones que deber�an despenalizarse. Las materias punitivas, los contenidos de los c�digos, las libertades procesales, as� como la insuficiencia de inmuebles id�neos para cumplir castigos, deben atenderse con cuidado, con sereno �nimo; en inter�s de solventar trastornos p�blicos y sociales, evitando ordenar medidas de improvisaci�n de acento hep�tico -como la destrucci�n de la desaparecida C�rcel Modelo- porque los efectos podr�an traer mayores trastornos y perjuicios. Importa tener presente que los detenidos son personas; que titulan derechos humanos que deben primar con plenitud, como reclaman los tiempos modernos, raz�n por lo que pr�cticas ofensivas a la integridad personal y moral del reo deben erradicarse, y m�todos cient�ficos de gerencia penitenciaria imponerse, para as� acabar con los resabios censurables del pasado carcelario paname�o.
PUNTO CRITICO |
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