El 29 de agosto de 2005, el Huracán Katrina arrasó parte de la Costa del Golfo de Estados Unidos desde Louisiana hasta el norte de Florida, matando a 1, 836 personas y causando más de 80 mil millones de dólares en daños materiales. La pobre capacidad de respuesta del gobierno federal para ayudar a las vícitmas le valió una andanada de críticas a nivel nacional a la administración de George W. Bush.