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El indigente que falleció el pasado 26 de agosto en los predios de la parroquia Cristo Rey, a un costado del Hospital Santo Tomás, fue identificado como Alejo Rosales, de 54 años de edad. Rosales no murió de hambre sino de bronconeumonía, según reveló una fuente vinculada al caso.
El cuerpo del indigente fue reclamado por un familiar, quien adelanta los procesos para darle cristiana sepultura a Alejo en la iglesia Cristo Rey, donde falleció.
Un dependiente de una fonda cercana al lugar informó que en días pasados Alejo vomitaba la comida que le regalaban, por lo que se sospechaba que estaba enfermo, mientras que otros testigos dijeron haberlo visto tirado en el suelo fuera del templo recibiendo directamente los rayos solares.
Además, deambulan por el lugar semi desnudo y con la mirada perdida.
Se conoció que Alejo se desempeñó como ebanista y vivía con su pariente en Calle 13, Río Abajo.
A pesar que en lugar los indigentes se ubican desde hace cinco años, Alejo era nuevo en el área, según las personas que laboran en los predios del Hospital Santo Tomás.
Las calles de la ciudad de Panamá en los últimos se ha visto plagada de indigentes que muchas veces mueren abandonados a la intemperie.
Algunas veces tienen familiares, pero en otras son solos en la vida. |
