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De la reciente inauguración del cuarto período de sesiones ordinarias de la Asamblea Legislativa, nos queda una mala impresión por lo chabacano, el poco respeto y el mal ejemplo del comportamiento de algunos legisladores que proporcionalmente fue peor que el de las reyertas estudiantiles.
Si para nosotros fue bochornoso, pensemos para el cuerpo diplomático acreditado en nuestro país, que tuvieron que soportar todas esas peroratas, la pésima oratoria de quienes tienen que dar el ejemplo nacional.
Fue un día que pudimos darnos cuenta de la gente que escogemos, en donde algunos hicieron gala de su poca urbanidad y el poco decoro legislativo. Insultar a algunos invitados e inclusive entre los mismos parlamentarios, fue profundamente penoso.
Es más, la falta de caballerosidad hacia la legisladora Teresita de Arias, dice mucho del machismo de nuestros parlamentarios. Decirle extranjera en tono despectivo fue espantoso, delante de diplomáticos acreditados y de los extranjeros en general del país. Creemos que la propia presidenta, a quien se ha ofendido por ser mujer, no pudo ver esas groserías como una gracia.
Las piezas de algunos oradores salidas del marco real, nos hacen recordar el pasado reciente de los representantes de los sombreros pintados, que daban contenido a sus intervenciones y su manejo. Lo triste de todo esto es que el mal ejemplo quedó, sin embargo, cuando se reúnen para lograr beneficiarse, todos son muy hermanos. |
