Jueves 17 de sept. de 1998

 








 

 

FAMILIA
La guerra contra las drogas

James A. Inciardi


POST SCRIPTUM

En la medida en que Estados Unidos atravesó la década de 1980 y entró en los años noventa, tanto el consumo de heroína cuanto el de cocaína persistieron, y fumar cocaína-crack llegó a proporciones epidémicas en muchos barrios pobres de las ciudades. Al mismo tiempo, una curiosa variedad de drogas de moda empezaron a sucederse, algunas nuevas y otras bastante viejas.

EXTASIS (MDMA)

Quizá la primera de las recién llegadas a la escena norteamericana de la droga en los años ochenta fue la MDMA (3, 4-metilenedioximetanfetamina). Más conocida como "éxtasis" y a veces llamada "XTC" y "Adán", es un compuesto sintético vinculado tanto con la mescalina cuanto con las anfetaminas, comúnmente etiqueta de alucinógena.

Dato interesante, el éxtasis no era una droga totalmente nueva cuando por primera vez se le advirtió de forma generalizada. Tras haber sido desarrollada por Merck & Co. Como un supresor del apetito durante los primeros años del siglo (pero nunca comercializado), hizo su aparición inicial en la calle a principios de los años setenta y se convirtió en sucesora de la MDA, la "droga del amor" de la desaparecida contracultura hippie de los años sesenta. La información sobre el éxtasis se diseminó por primera vez en gran medida boca a boca y en "guías de vuelo" escritas anónimamente, que ofrecían instrucciones para su uso adecuado. Durante un tiempo fue utilizado por los psiquiatras y otros terapeutas para facilitar la comunicación del paciente, la aceptación y la reducción del miedo. Un conjunto de terapeutas adujeron, por ejemplo, que los pacientes "se abrían" bajo el efecto de la droga, volviéndose menos defensivos y menos temerosos y recordando acontecimientos del pasado que habían estado reprimiendo durante años.

Mientras el consumo terapéutico y recreativo de la droga se volvió más generalizado durante los primeros años de la década de 1980, llamó la atención tanto de los medios cuanto de la Agencia de Combate de Drogas (DEA). A pesar de los argumentos de varios psiquiatras e investigadores que creían con seriedad en el potencial terapéutico del éxtasis, un químico de la DEA llegó a la conclusión de que la droga tenía un elevado potencial de abuso y debía ser estrictamente controlada. Para fines de 1986, el Extasis se había convertido en una droga de Categoría I, lo cual quería decir que su fabricación, distribución y venta eran violaciones de la ley federal.

En el período posterior al control federal, los suaves efectos eufóricos del éxtasis fueron buscados por pequeños segmentos de estudiantes universitarios, las "fiestas de éxtasis" se hicieron populares en unos pocos clubes nocturnos de Nueva York, la droga se volviüo un foco de atención en Europa por su consumo generalizado en "fiestas de ácido" de discotecas, las muertes vinculadas con el consumo de MDMA (y su análogo MDEA, también llamado MDE y conocido en la calle como "Eva") fueron pocas en número según lo informado, pero sin embargo evidentes, especialmente en individuos con desórdenes cardíacos, los informes sobre reacciones psicóticas graves y prolongadas a la MDMA empezaron a acumularse, y los estudios preliminares del Centro de Investigación de la Adicción de Baltimore sugerían que el éxtasis destruía las células nerviosas del cerebro que producían el neuro-transmisor serotonina, el mensajero químico que modula los sentimientos, el comportamiento sexual y las respuestas al dolor y la tensión.

 

 

 

 



 

BOLETIN COMUNITARIO
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