Jueves 17 de sept. de 1998

 








 

 

EDITORIAL
Recuperación de fondos malhabidos

La caída violenta de la satrapía norieguista, al fragor de los fusiles invasores norteamericanos, permitió instaurar el régimen de reconciliación y rectificación nacional encabezado por el mandatario Guillermo Endara.

En la coyuntura de aquel nuevo gobierno los sectores políticos democráticos tuvieron visión de crear la Dirección de Responsabilidad Patrimonial (DRP), al alero legal de la ley Orgánica de la Contraloría General de la República, cuyo propósito básico se dirige a recuperar los bienes y valores públicos, malhabidos por los aprovechadores de la función burocrática y sus asociados dolosos.

La entidad desarrolló entonces una extensa labor investigadora; centenares de expedientes recogen los resultados de aquellas búsquedas, en las cuales debieron atender denuncias sensitivas contra personajes de cúspide que al amparo de la impunidad habían depredado la hacienda pública panameña, enriqueciendo indebidamente sus patrimonios y los de sus acólitos beneficiados.

En varias averiguaciones se siguió la pista a dineros sustraídos por el defenestrado General Manuel Noriega, de los fondos de las extintas Fuerzas de Defensa, depositados en cuenta bancaria en el controvertido Banco de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), en secreto del conocimiento y manejo del castrense, que trasladó parte de esos valores a Inglaterra, para realizar inversiones en empresas persas dedicadas a los quehaceres inmobiliarios en Londres.

Ahora, después de casi siete años de gestiones y labores de abogados ingleses y panameños, se recuperó siete y medio millones de dólares de aquella cuenta bancaria, y se tiene confianza en lograr otros cinco, en otras instancias inglesas.

Conviene señalar que la realidad panameña surgida del retorno a la civilidad reclamó el establecimiento firme de una justicia fiscal que localizara y recobrara los centenares de millones malversados, indebidamente aprovechados, que permanecen en impunidad; sin embargo, las instancias parlamentarias y políticas rechazaron aquella legislación propuesta, pensando en aquello de "hoy te toca a tí; mañana me tocará a mí".

Panamá requiere en su modernidad estatal adecuar sus instancias juzgadoras a los renovados cánones fiscales, de manera que exista una entidad con autonomía, propia legislación, enmarcada en el texto constitucional, que realice las funciones de salvaguarda del patrimonio público, de forma que los beneficiarios indebidos, las sustracciones peculadoras, los acomodos y favoritismos, sufran los rigores del castigo y permita el recobro cautelador de los valores traspuestos.

La experiencia de la DRP debe servir de punto de revaloración y diseño de la justicia fiscalista que castigue a los burócratas y sus asociados que hacen de los haberes públicos, fiesta y jolgorio de despilfarro y ventajismo: En otras latitudes los Tribunales de Cuentas funcionan con rigor y reclamando el correcto manejo de la Hacienda Pública.

 

 

 

 


 

AYER GRAFICO
Sepelio de don Ernesto de la Guardia Jr. que fue Presidente de la República en 1956.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, tiro la basura en cualquier lado.


OPINIONES



 

 

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