La Cancillería anunció que se dispuso una moratoria de un mes para aplicar la vacuna contra la fiebre amarilla a los residentes en Panamá que viajen a países donde se puede transmitir dicha enfermedad.
La medida de exigencia de la aplicación de la vacuna entrará en vigor a partir del 1 de noviembre. La vacuna, para que tenga efectos, debe inocularse por lo menos con 10 días de anticipación a la fecha de ingreso a Panamá.
Desde hace 30 años no hay un reporte de la enfermedad en Panamá.
La regla es clara y ha sido una norma aplicada desde hace mucho tiempo: quien entre y salga del país deberá portar la tarjeta que certifique que está vacunado contra la fiebre amarilla. Sin embargo, la inclusión por parte de la Organización Panamericana de Salud (OPS) de nuevos países que exigen este requisito ha provocado una estampida de ciudadanos que requieren vacunarse.
Lucas López, director de la región metropolitana de la Salud, explicó que existe una coordinación entre países para el cumplimiento de la norma con la cooperación de las agencias de viaje, dirección de Migración y otras entidades.
López dijo que la vacuna se aplica a nivel nacional sólo en las instalaciones de la Región Metropolitana de Salud, pero que estudian la posibilidad de descentralizar el servicio para que otros centros de salud la apliquen
Diariamente asisten unas 190 personas a vacunarse por un costo de cinco dólares.
Agregó que la vacuna se aplica a personas desde un año de edad y no registra efectos secundarios.
Las embarazadas, personas alérgicas y con otras afectaciones previa certificación del médico de cabecera están exentos de la vacuna, sin embargo se le emite un documento médico.
La fiebre amarilla es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes Aegipty, cuyos síntomas son: fiebre, dolor de cabeza, vómitos, escalofríos, dolor en las articulaciones y aparición de un color amarillo.