Un total de cuatro directores generales, en quince meses, ha causado una verdadera y profunda crisis en el deporte nacional. Los frecuentes cambios en los mandos de PANDEPORTES tienen forzosamente que causar una erosión en las estructuras deportivas de la nación. La ausencia de acierto en los nombramientos en tan poco tiempo, del 1 de julio hasta la fecha, provocan una inestabilidad en cargos de tanto interés en el deporte nacional.
Recordemos a Omar Moreno, Henry Pozo, Farank Levy y Rubén Cárdenas, han desfilado por la palestra deportiva durante quince meses. El Gobierno no ha podido lograr una estabilidad que les permita encauzar las cosas del deporte por senderos normales. No han podido localizar la persona que con suficientes conocimientos pueda conducir la nave deportiva a puertos seguros. Los frecuentes cambios en el mando de PANDEPORTES no constituye un buen ejemplo para el deporte.
El presidente Ricardo Martinelli debe procurar equivocarse lo menos posible. Las cosas del deporte son muy delicadas. Hay la impresión de que el primer mandatario rechaza la actividad deportiva y que no le ha dado la importancia requerida. En esas condiciones, una ligereza o un revés se presta a una tergiversación que resulta negativa para su gobierno. Consideramos que el presidente de la República debe prestarle mayor atención a las cosas que se refieren al deporte. Es un error garrafal seguir con la práctica de realizar cambios frecuentes como el ocurrido en PANDEPORTES.