EDITORIAL
Cemis y Cigarruista
Las revelaciones del magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Alberto Cigarruista confirmando el pago de sobornos a miembros de la Asamblea Legislativa, tras la aprobación del contrato del Centro Multimodal, Industrial y de Servicios (CEMIS), resucita un escándalo que se resiste a morir.
Proporciones guardadas hay quienes comparan las declaraciones de Cigarruista con las ofrecidas en 1987 por el entonces jefe de Estado Mayor, Roberto Díaz Herrera, que puso al descubierto la corrupción imperante y los abusos de la dictadura militar.
El integrante de la Corte ha dicho algo grave: que reveló a la Procuraduría quiénes distribuyeron y quiénes cobraron el dinero. Lo peor de todo es que el Ministerio Público no lo llamó a declarar.
El caso CEMIS fue como un abanico de excretas, que ha salpicado a casi toda la clase política del país, razón por la cual desde diversos sectores existió desde un principio la evidente intención de archivar el más sonado caso de corrupción de los últimos años.
Dudamos que las iniciativas para que se reconsidere la decisión de la Corte Suprema de archivar el caso prosperen. Al final a los panameños sólo les queda el 2 de mayo de 2004 para sacarse el clavo. El arma del ciudadano decente es el voto y dentro de poco podrán usar ese poder para darle muerte política a los corruptos.
PUNTO CRITICO |
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