La Asamblea Nacional de Diputados devolvió al Ejecutivo el proyecto de presupuesto general del Estado, que asciende a 10,279.9 millones de dólares para que se le hagan algunos ajustes en el renglón de inversiones.
Todo indica que el proyecto será incrementando en 200 millones de dólares, cifra que se estima serán los ingresos que generarán los ajustes fiscales aplicados sobre todo al sector de los casinos, los casinos y los puertos.
De esa forma, el primer presupuesto de la administración del mandatario Ricardo Martinelli será superior en $717 millones al heredado por la administración de Martín Torrijos, que para el 2009 presentó un proyecto de $9,763 millones.
Lo importante es que los más de 3, 000 millones de dólares que se destinan a inversiones para el 2010 se destinen a obras de infraestructuras que perduren en el tiempo. Panamá necesita calles más amplias y que las existentes se reparen con materiales de calidad y no con alquitrán que al primer aguacero desaparece.
El presupuesto se elaboró tomando en consideración un crecimiento económico de 3.5%, una inflación de 3% y tasa de desocupación de 5%. Para lograr esos propósitos hay que trabajar con ingenio para reactivar los diversos sectores de la economía.
El recurrir al endeudamiento continuo para balancear presupuestos o desarrollar inversiones, no es lo más correcto para un país tan pequeño como Panamá que carga desde hace décadas con el enorme peso de una deuda pública que hoy supera los 11 mil millones de dólares y que para el año 2010 le chupa 1,350 millones de dólares al presupuesto y lo peor es que cada año se paga más en intereses que en amortización.