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La imaginación y el poder de la invención son parte de nuestra sociedad. Los hombres estamos sujetos a los cambios que la tecnología adecua para tener un mejor nivel de vida. Desde el comienzo de la Era Industrial en Inglaterra hasta el día de hoy, el progreso científico ha permitido que las naciones lograsen la maravilla de comunicarse superando distancias enormes impuestas por la geografia.
Cuando Alexander Graham Bell inventó el teléfono, muchos se alegraron de escuchar la voz humana por medio de bocinas y auriculares. Por supuesto, ni siquiera los dueños de las empresas telegráficas, las cuales poseían los monopolios de comunicaciones, a fines del Siglo XIX, dispusieron demandas por sabotear la nueva tecnología creada para bien de la Humanidad. Más de cien años después, aquí en Panamá parece que nos hemos olvidado del derecho de los hombres por disfrutar las innovaciones tecnológicas, sopena de sufrir una demanda multimillonaria de un empresario de la competencia.
Tal es el caso de la demanda interpuesta por Bell South a la empresa TRICOM, por el asunto de la entrada de un sistema de telecomunicación directo vía troncal. Los primeros argumentan que TRICOM no pagará por su inclusión en el mercado de telefonía móvil, puesto que Bell South pagó hasta 72 millones de balboas por participar de las bondades de la clientela local panameña. Empero, los últimos han dicho que su sistema de telefonía es diferente al empleado en los celulares, que no tiene una banda exclusiva y amplia de frecuencia, además que es una tecnología diferente.
�Quién tiene la razón? Por supuesto, TRICOM. No es culpa de ellos que Bell South haya pagado 72 millones de balboas en su oferta de entrar en Panamá y que ahora nuevos inversionistas no ofrezcan semejante dinero para ofrecer un servicio público en comunicaciones.
TRICOM supo aprovechar el momento en que muchos usuarios de celulares se arrepintieron de firmar contratos leoninos con Bell South, pues han adquirido la experiencia de ganarse enormes deudas que al final, terminan con la suspensión del servicio de telefonía móvil y con una indecorosa posición en la "Lista Negra" de la Asociación Panameña de Crédito. Como TRICOM, otros empresarios panameños han explorado las alternativas más baratas de aplican un servicio telefónico conveniente, sin que se lesione a los potenciales clientes fijos.
Por experiencia propia, hemos visto que Bell South jamás supo aprovechar la enorme clientela inicial que adquirió cuando entró en el mercado panameño. Por ello, familiares y allegados optaron por el Pregago de Cable & Wireless, que era más barato, sin que nos obligarán a firmar contratos de mensualidades elevadas. |
