Brujas que vuelan, duendes que asustan, mágicas figuras de diablos y hasta las conocidas ánimas en pena, forman parte de la herencia mitológica de los panameños, que desconocen casi totalmente a personajes que desde la infancia de sus ancestros vienen llenando las páginas de la tradición, que con los siglos tejen cada pueblito del interior del país.
Lastimosamente cada 31 de octubre se asoman desde los escaparates de almacenes y tiendas, brujas y muñecos que nada tienen que ver con nuestra cultura y que son protagonistas de una fiesta que ni siquiera surgió en tierras americanas.
Halloween, una celebración que nació hace siglos, en la vieja Europa, irónicamente coincide con la víspera de los días más importantes del sentir nacional y en momentos en que el país debe vestir, de pie a cabeza, sus más hermosas galas.
Aunque para el folclorista y director del Departamento de Folclore del Instituto Nacional de Cultura, Edmundo de la Cruz, el apogeo de esta celebración exportada ha ido en descenso durante los últimos años, hay quienes todavía la evocan.
El también director del Ballet Panamá, Música y Danza, dejó claro que por su experiencia en el campo cultural, una situación como ésta se combate, no intentando eliminarlas, sino poniéndole más atención a lo nuestro y en este caso específico, preparando con más vehemencia las vísperas de fiestas patrias.
Por su parte el gurú del folclore televisivo nacional, Oscar Poveda, califica a Halloween como una influencia negativa y consideró a quien la celebre como: "fuera de moda" por el hecho de que en un principio hubo sectores poco nacionalistas que adoptaron esta fiestas con la intención de impulsarla, pero fracasaron en el camino.
Poveda considera que en Panamá hay elementos y momentos en los que podemos celebrar nuestros propios "Brujos".
Queda a la conciencia de cada panameño el celebrar o no la "noche de brujas", Panamá es democrática, y cada quien es libre de actuar como guste, lo que sí debe hacer y como una obligación, es rendirle tributo y respeto a los días patrios, por ello mucho antes de vestirte de brujo o bruja, piensa en poner una bandera panameña en la ventana más grande de tu casa.
En tanto, el pastor Martín González indicó que el Hallowen es una celebración mundana que tiene sus orígenes en la cultura anglosajona y no debe ser celebrada por los cristianos.
"En América Latina y en Panamá, se está propagando esta celebración que lleva a las personas a cometer actos satánicos y que en otros países como Estados Unidos desata crímenes y robos" manifestó González.
De por sí, el panameño es rumbero y le gusta celebrar sus fiestas y la de otros, pero hay que pensar en acercarnos cada día más a Dios y alejarnos de las tentaciones del demonio.