Mancharse las manos de sangre inocente los asustó. Sobre todo porque no había motivo alguno -a no ser el robo- para acabar de un balazo con Domingo Ferreto Vargas la noche del Hallowen.
Asustados lanzaron el cuerpo desde el puente del río Jesús María con intenciones de que llegara a playa Tivives y de ahí, al mar. De esta forma se ganaría mucho tiempo. Sin embargo, con la conciencia que les agujereaba comenzaron a cometer errores.
Se habían apoderado del camión de mariscos, propiedad de la víctima y en ese mismo fueron capturados cuando el OIJ ya les pisaba los talones.
Fue en Esparza -sobre la Delegación del Tránsito- cuando se intercepta el mencionado vehículo.
Le habían metido un balazo en la garganta a Domingo. El cuerpo no cayó en el cauce del río, eso fue tremendo para los tres muchachos sospechosos de ser los criminales.
Se trata de dos hermanos de apellidos Monge, vecinos de San Luis de Fray Casiano en la Gran Chacarita, Puntarenas Un tercero -quien al parecer sí tenía alguna relación comercial y de amistad con la víctima- sería el autor intelectual. |