Su auto cayó al vacío, a una altura de unos 15 metros. El golpe fue violento. Las unidades del Cuerpo de Bomberos que llegaron para atender la emergencia pensaron inmediatamente que nadie podría sobrevivir a semejante impacto.
Sin embargo, cuando llegaron al fondo del vacío para rescatar lo que consideraban un cadáver, allí estaba el conductor del vehículo consciente, sentado al lado de su auto, limpiándose las heridas que sufrió.
Era un milagro, "el milagro del Puente del Ferrocarril Panamá-Colón". Aproximadamente a las 6:20 p.m. del Día de los Difuntos, Eusebio Vergara, de 26 años de edad, conducía su auto por la vía Centenario con dirección al Estadio Nacional.
El exceso de velocidad, según la Policía del Tránsito, provocó que Eusebio perdiera el control y dirigiera su carro hacia el espacio de escasos tres metros que divide ambos carriles del puente, y con precisión matemática avanzó para caer al vacío.
Cuando el fotógrafo de Crítica, Alexander Santamaría, llegó al lugar, los bomberos de Betania y Pedro Miguel todavía comentaban asombrados el milagro. El auto Hyundai Accent, color dorado, con matrícula 267977, yacía en el fondo del barranco, pero el conductor ya iba camino hacia el hospital.
"Las unidades de rescate me comentaron que no se apresuraron a bajar hasta el lugar en donde se encontraba el vehículo porque era imposible que hubiera alguna persona con vida", expresó Santamaría.
"Lo más curioso fue que cuando los rescatistas llegaron donde estaba el vehículo, el hombre que conducía estaba sentado cerca de su automóvil y con solo unos rasguños", agregó. Eusebio Vergara fue subido de inmediato hasta la carretera en una camilla por intermedio de sogas. Luego el afortunado conductor fue llevado al Cuarto de Urgencias del Santo Tomás.
INSOLITO HECHO
Crítica fue al lugar de los hechos. Allí se aprecian las huellas del frenazo de las llantas. A unos cuantos metros, están pintados dos corazones azules, en honor a dos difuntos que no tuvieron la misma suerte que Eusebio.
Todavía pueden observarse las pruebas del accidente. El auto hizo contacto con uno de los bordes del puente para luego desaparecer por el único lugar que no tiene una cerca de protección de metal.
A 12 ó 15 metros abajo, se visualizaba aún el vehículo, con las llantas hacia arriba. Bajar al lugar en donde está el auto toma unos cuatro minutos. En él todavía se aprecian un par de zapatos de dama, unas revistas 7 de Panamá América, una llanta de respuesto con su respectivo gato y un "cooler" vacío. Eusebio se recupera de las heridas sufridas bajo observación médica.