Bajo la dirección del profesor Francisco Paz, 67 niños del Colegio Episcopal San Cristóbal presentaron la obra "Mamá, papá, queremos jugar".
Una recopilación de juegos tradicionales de ronda como "Baja la casita baja", "Mirón mirón", "Atoambo", "La rayuela", "Rines", "Patines", "El escondite", "Carrera de saco", etc.
Una hora y 45 minutos de pura diversión en la que los chicos del conjunto típico de este colegio dieron a conocer todos los cánticos y movimientos que aprendieron durante el curso de verano que dicta la institución para niños de cuarto, quinto y sexto grado.
Además de los infantes del conjunto y aspirantes, se incluyeron niños con habilidades especiales de primero, segundo y tercer grado.
"Queremos que los niños de Panamá tengan la necesidad de conocer y poner en práctica los juegos de antaño. Que vuelvan a jugar y eliminen un poco esa violencia que los rodea. Consideramos que los juegos de ahora son participativos, pero más científicos y tecnológicos; y aunque no tenemos nada en su contra, consideramos que se debe incluir cinésica, que jueguen con las manos, sacos, que desarrollen su motricidad y apliquen su creatividad", afirma uno de los organizadores de la actividad, el profesor Enrique "Quique" Plato.
La obra, que quiere ser llevada a diversos rincones de nuestra geografía, gira en torno a la forma como jugaban nuestros padres y abuelos, y cómo mediante estas actividades sanas se acrecentaba los niveles de hermandad entre los niños del barrio.
Además de ser presentada en el Auditorio del Centro Ascanio Villalaz a los estudiantes del Episcopal San Cristóbal, la idea es que cada uno de los niños que vean y participen en la misma se convierta en ente multiplicador de esta tradición cultural.
ENTRETENIMIENTO Y CULTURA
La ronda es un tipo de juego que combina varias dimensiones, especialmente canto, teatro, y danza. Generalmente se usa casi con exclusividad para infantes, pero es aplicable a todas las edades, por supuesto con un contenido y movimiento apto para cada segmento de la población.