El total irrespeto por la vida y el orden público que han demostrado los delincuentes en los últimos años, tuvo a la patria misma como víctima el pasado 3 de noviembre.
La celebración de las tradicionales dianas quedó manchada con la sangre de cuatro panameños, en días que supuestamente deben unirnos a todos en una misma alegría.
Los cuatro heridos que dejaron las balceras en Vía España y las instalaciones de Auto Depot nos recuerdan la incumplida promesa de campaña de "Más Seguridad" que repitió hasta el hastío el Presidente Martín Torrijos hace exactamente 5 años.
Y no fue el único hecho violento. En un caso sorprendente, casi milagroso, el dirigente chorrillero Héctor �vila burló una vez más a la muerte la mañana de ayer: ni uno de los 14 disparos que un desconocido le hizo desde una moto en marcha lo tocaron.
Al serle recordado nuevamente este fallo de su gobierno, el mandatario exclamó ayer que no podía "poner a un policía en las calles por cada panameño".
Nadie es tan tonto como para pedirle eso Señor Presidente. Lo que le piden es que se investigue y separe a los corruptos dentro de la Policía Nacional y demás estamentos de seguridad (que por cierto, con un uniformado al frente han probado ser menos eficientes); se detenga, extradite y prohíba la entrada al país de grandes capos de la droga y -de paso- se acabe con la percepción muy merecida por cierto de que Panamá es un país en el que "todo es fácil para los narcos".
A 8 meses para terminar la administración actual, sería ingenuo pensar que todo esto se hará realidad. Solo habrá que esperar que los actuales candidatos presidenciales, que se han llenado la boca con llamados a la mano dura, no se vuelvan también "pura bulla".