El descendiente de kenianos Barack Hussein Obama, un político virtualmente desconocido 5 años atrás, acabó con más de 200 años de prejuicios raciales en Estados Unidos, al ganar las elecciones presidenciales de ese país.
A las 10:30 de anoche, el demócrata había conquistado 207 de los 270 votos del colegio electoral necesarios para ganar la presidencia contra 135 del candidato republicano, John McCain, y se anticipaba que ni siquiera necesitaría los 55 votos electorales de California, estado donde siempre fue el favorito abrumador.
El voto popular resultó ser mucho más reñido, al menos hasta la misma hora. Obama sumaba 32 millones 598 mil 435 votos (51%), ante los 30 millones 911 mil 954 votos de McCain (48%).
Por gigantesco que haya resultado el logro de Obama, ahora es que viene lo difícil: las expectativas en su país y el mundo están en que saque las tropas de Irak, recupere el respeto de la comunidad internacional y logre revertir la profunda crisis financiera que ha hundido casi en la ruina a la nación americana. Tamaña responsabilidad.