Se levantan tempranito para vender las noticias. Sin importar si cae la lluvia, abrazan un puñado de diarios y gritan los titulares del día por las calles capitalinas y en los pueblos del interior.
Su día se inicia antes de que cante el gallo, y empiezan su trabajo a eso de las 4:00 a.m.
Es común verlos en las vías atestadas de gente, en las puertas de los grandes comercios o simplemente caminando por las aceras con los periódicos en las manos, ofreciendo la información más llamativa.
Algunas veces, también los vemos voceando los innumerables titulares matutinos entre las filas de autos, aprovechando el parpadeo de los semáforos, en la espera de sus clientes habituales.
Son nuestros canillitas, ese grupo de hombres y mujeres que hace que el trabajo del periodista llegue a los lectores. El 7 de noviembre celebraron su día, y Crítica, el diario número 1 en circulación, compartió con ellos y les rindió un homenaje por esa gran fecha.
Ellos se han convertido en la piedra angular en la industria de la prensa escrita moderna, debido al papel clave que juegan como el enlace entre los lectores y las empresas periodísticas.
Por ello, el equipo de Crítica les entregó bonos, t-shirts y gorras Nike a los canillitas como muestra de agradecimiento por hacer de este medio el primero en el mercado de la comunicación escrita.
Los canillitas conocen a nuestros lectores "al desnudo", y cuando vocean a todo pulmón el diario, saben qué titulares pueden vender. �Quién alguna vez no ha esperado con ansiedad la conocida voz de un canillita, voceando el diario Crítica? Cuando los demás duermen, ellos están levantados laborando.
