Eran las 3:00 de la tarde del martes cuando el teléfono de la recepción de 'Telemetro Reporta' sonó. "Le hablamos del pabellón 15 de La Joyita. Tenemos a un tongo secuestrado", dijo el hombre a la recepcionista.
Enseguida los periodistas José "Pepe" Cortez Ovalle y Juana Zambrano acudieron al penal para conocer y reportar la situación.
Pasadas las 6:00 de la tarde aún no confirmaban si los presos tenían a una unidad de la Policía Nacional privada de libertad. Fueron dos policías los que salieron a atenderlos y les informaron que sí había un amotinamiento en el pabellón 15, el que es de máxima seguridad, donde están los criminales de alto perfil (homicidas, secuestradores, narcotraficantes..)
Con esos elementos entonces procedieron a 'tirar' un despacho con la unidad móvil que ya estaba instalada.
Enseguida los presos escucharon el reporte y se percataron que 'Telemetro' estaba en la escena. Ya habían transcurrido más de tres horas y el sargento primero Aristides Arosemena estaba retenido dentro del pabellón 15.
Fue entonces cuando pidieron la presencia de los dos periodistas para que sirvieran de 'puente' en las negociaciones con las autoridades.
El reloj marcaba las 7:00 p.m. cuando un patrulla se le acercó a los periodistas y les comunicó la solicitud de los reos.
"Pepe", un veterano periodista con más de 19 años ejerciendo la profesión, en compañía de la también reportera Juana Zambrano, no dudaron en enfrentar la situación.
"No dudamos en ir a la aventura, sin saber cuál sería la reacción de los presos ", contó Cortez.
Los comunicadores fueron escoltados a lo interno del penal, bajo estrictas medidas de seguridad.
En el lugar estaban oficiales de la Policía, el vice ministro de gobierno, Luis Miguel Hincapié; el director del Sistema Penitenciario, Luis Donadío, y más de cien unidades que habían fracasado en las negociaciones con los presos.
Entre piropos y quejas la población detenida recibió a "Pepe" y a la esbelta Juana Zambrano, quienes escucharon atentos a los reos. El encuentro duró siete minutos.
Exigían mejores condiciones, visitas conyugales, acceso a estudio, trabajo, deportes y áreas verdes.
Del sargento Aristides Arosemena todavía no se sabía nada.
Los minutos pasaban y el temor se apoderaba de las autoridades, pues temían que los detenidos atentaran contra la vida de Arosemena.
Pasadas la 8:30 p.m., uno de los reos gritó que enviarían a uno de los detenidos de confianza para entregar al sargento Arosemena. Se cumplió con lo exigido.
La liberación
Arosemena, un hombre de baja estatura, salió pálido, sin camisa, con el pantalón de fatiga verde y en botas. Estalló en llanto. Pedía no ser filmado. Los periodistas accedieron.
"He dado cobertura a asesinatos, asaltos, secuestros, pero es la primera vez que formo parte de una negociación de toma de un rehén, donde fuimos protagonistas", dijo Cortez.
Al final, la información salió con todos los ángulos y de la manera más objetiva.
Las autoridades se comprometieron a cumplir con los más de 350 reos que hay en el pabellón 15 de La Joyita.